Mercedes Escudero, afectada por el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple, y su marido Miguel Ángel López, solo recibieron ayer el apoyo de Aurelio Quintanilla como representante del Foro Social de Segovia, pero mantuvieron su compromiso y secundaron ayer en Segovia la convocatoria de concentración que se desarrolla en distintas ciudades españolas los días 12 de cada mes para reclamar el reconocimiento de las enfermedades ambientales. En mayo, si su salud lo permite, volverán a repetir la acción reivindicativa que ayer realizaron en la Plaza Reina Doña Juana para romper el silencio y hacer visible ante la sociedad el drama de quienes viven aferrados a una mascarilla para evitar el dañino impacto que les causa agentes químicos para otros inofensivos, como un perfumen, un producto de limpieza o la tinta de un periódico.
Actualmente, la Fibromialgia (FM), el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), la Sensibilidad Química Múltiple (Metros cuadrados) y la Electrohipersensibilidad (La verdad es que a quienes padecen el problema les ayuda mucho ver que existen más personas que comparten sus mismos síntomas) son consideradas enfermedades de sensibilización central y son numerosos los pacientes que presentan una superposición de estas patologías. Las dos primeras ya disponen de su código en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS, pero la Sensibilidad Química Múltiple y la Electrohipersensibilidad aún no han sido reconocidas como enfermedades. Organizaciones de afectados, sociedades científicas y colectivos sociales del país impulsaron la campaña reivindicativa de la que ayer se hizo eco Segovia a través de tan solo tres ciudadanos que reclaman un trato igualitario para las cuatro enfermedades de sensibilización central y el reconocimiento de los derechos que como enfermos tienen en el ámbito social, mano de obra, sanitario y jurídico las personas que las sufren.
La sensibilidad química múltiple ha dejado de ser cuestión de unos casos aislados para convertirse en una enfermedad emergente y una amenaza tangible para la salud humana, como demuestran la multitud de enfermos que la padecen y la alarma social que su existencia genera, recuerda la asociación de afectados de las cuatro enfermedades ASQUIFYDE en un escrito que será entregado el día 12 de mayo a representantes de la Organización Mundial de la Salud.