La compañía Power Balance, que comercializa las famosas pulseras energéticas, ha reconocido que «no hay pruebas científicas» que sostengan la utilidad de su producto, algo que ha venido manteniendo desde hace tiempo la organización de consumidores FACUA, que ha denunciado a la empresa por «publicidad engañosa».
No obstante, la admisión por parte de la compañía, a través de un comunicado, de la inutilidad del producto está motivada por la orden emitida por la Comisión de Consumo de Australia.
Y a pesar de que la publicidad diga que «Power Balance se basa en la idea de optimizar el flujo de energía natural del cuerpo, similar a los conceptos de muchas filosofías orientales» y que «el holograma de la pulsera está diseñado para amplificar y responder al campo de esa energía», la realidad es muy diferente, ya que nada de lo dicho viene avalado por pruebas científicas.
No obstante, estas afirmaciones se han visto respaldadas por el hecho de que muchos famosos, entre los que se encuentran deportistas de élite, actores, presentadores? han lucido esta pulsera, incluida la propia ministra de Sanidad, Leire Pajín, lo que ha disparado las ventas y con ellas los beneficios de la empresa.
En España, FACUA-Consumidores en acción, ha sido la única organización que ha dado la voz de alerta y denunciado en un primer momento, ante distintos organismos del Ministerio de Sanidad, y autoridades de Salud y Consumo autonómicas a los responsables de cuatro marcas de pulseras: Power Balance España (con domicilio en Marbella, Málaga), Equilibrio iónico (Alcudia, mallorca), Equilibrio (alicante) Rendimiento de efectos (de la empresa Rod Artwin, ubicada en Leioa, vizcaya).
Seguidamente, la denuncia se amplió a Harmony Zen (distribuida por Publipunto, con sede en Albacete), Bio-Rayo (palmanova, mallorca), Iones de energía (Barcelona), Mojo futuro (marbella, Málaga), Nikken (distribuida desde Reino Unido), NoaMagnético (Madrid), Jabón España (Barcelona), Tecnobalanza (Dos Hermanas, Sevilla), Vitalizador (Las Palmas) y Vitaljoya (Alcobendas, Madrid).
Una situación, que según ha dejado claro, la organización de consumidores, como consecuencia de «la inoperancia de las autoridades sanitarias y de protección a los consumidores ante las denuncias de FACUA», lo que «ha favorecido que más empresas se hayan lanzado a la venta de estos productos que, con un lenguaje que utiliza charlatanería pseudocientífica, prometen todo tipo de beneficios para la salud».
Y es que, «desde mejorar el equilibrio hasta, según las marcas, aumentar la fuerza, el rendimiento sexual y mantener la juventud, pasando por combatir dolores, lesiones, ansiedad, insomnio y depresiones e incluso combatir enfermedades como artritis, artrosis, fibromialgia, osteoporosis y hasta el cáncer», son algunas de las supuestas propiedades de estas pulseras.
De hecho, el presidente de FACUA, Francisco Sánchez Legrán, dirigió una carta a la nueva ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, en la que le reclamaba la articulación de medidas para retirar del mercado estos productos y sancionar a las empresas en proporción a los enormes beneficios obtenidos.
Es necesario, advierte la asociación, «actuar de forma contundente contra estas empresas y también contra los personajes famosos que, pagados por ellas, han sido la clave del éxito de este negocio al aparecer con ellas en anuncios, eventos y programas de televisión y asegurar que les aportan beneficios para la salud».
VOLUMEN DE NEGOCIO.
De hecho, Power Balance presumía en abril de haber vendido unas 300.000 unidades, lo que supondría unos ingresos de en torno a 10 millones de euros. FACUA advierte que, como es habitual con los productos milagro, «si los productos de estas empresas no se retiran del mercado y las sanciones, de producirse, se limitan a unos pocos miles de euros, este negocio basado en el fraude sale redondo».
Mientras tanto, en el Ministerio de Sanidad, la Dirección General de Salud Pública y Sanidad Exterior contestó que no tenía competencia sobre este asunto, indicando que el organismo indicado es la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). La Aemps todavía no ha contestado a las denuncias de la organización.
Por tanto, ha sido necesario que la Australian Competition and Consumer Comission (ACCC) haya condenado a la compañía a eliminar la «publicidad engañosa» de su sitio web y del embalaje, publicar el comunicado en el que admite no que hay evidencias científicas que sostengan la utilidad del producto, devolver el dinero a los consumidores que se consideren engañados y quitar las palabras «tecnología de rendimiento» de la propia pulsera, para que la empresa se haya visto obligada a admitir que no hay nada que avale lo que han venido publicitando hasta ahora.
Hace unos días, Italia sancionó a la compañía con 350.000 euros por estos motivos, mientras que en España, hasta ahora, sólo la Junta de Andalucía ha multado con 15.000 euros por balance de energía?, por publicidad engañosa, una cantidad mínima si se la compara con lo sucedido en otros países