Mujer con alcuza (Dámaso Alonso)

La Ghalia de Kasserine

¿Adónde va esa mujer,
arrastrándose por la acera,
ahora que ya es casi de noche,
con la alcuza en la mano?

Acercaos: no nos ve.
Yo no sé qué es más gris,
si el acero frío de sus ojos,
si el gris desvaído de ese chal
con el que se envuelve el cuello y la cabeza,
o si el paisaje desolado de su alma.

Va despacio, arrastrando los pies,
desgastando suela, desgastando losa,
pero llevada
por un terror
oscuro,
por una voluntad
de esquivar algo horrible.

Sí, estamos equivocados.
Esta mujer no avanza por la acera
de esta ciudad,
esta mujer va por un campo yerto,
entre zanjas abiertas, zanjas antiguas, zanjas recientes,
y tristes caballones,
de humana dimensión, de tierra removida,
de tierra
que ya no cabe en el hoyo de donde se sacó,
entre abismales pozos sombríos,
y turbias simas súbitas,
llenas de barro y agua fangosa y sudarios harapientos del color de la desesperanza.

Oh sí, la conozco.
Esta mujer yo la conozco: ha venido en un tren,
en un tren muy largo;
ha viajado durante muchos días
y durante muchas noches:
unas veces nevaba y hacía mucho frío,
otras veces lucía el sol y sacudía el viento
arbustos juveniles
en los campos en donde incesantemente estallan extrañas flores encendidas.

Y ella ha viajado y ha viajado,
mareada por el ruido de la conversación,
por el traqueteo de las ruedas
y por el humo, por el olor a nicotina rancia.
¡Oh!:
noches y días,
días y noches,
noches y días,
días y noches,
y muchos, muchos días,
y muchas, muchas noches.

Pero el horrible tren ha ido parando
en tantas estaciones diferentes,
que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban,
ni los sitios,
ni las épocas.

Ella
recuerda sólo
que en todas hacía frío,
que en todas estaba oscuro,
y que al partir, al arrancar el tren
ha comprendido siempre
cuán bestial es el topetazo de la injusticia absoluta,
ha sentido siempre
una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara de la mejilla,
como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma,
como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo,
como si le arrancaran los días azules, el gozo de amar a Dios y esa voluntad de minutos en sucesión que llamamos vivir.
Pero las lúgubres estaciones se alejaban,
y ella se asomaba frenética a las ventanillas,
gritando y retorciéndose,
solo
para ver alejarse en la infinita llanura
eso, una solitaria estación,
un lugar
señalado en las tres dimensiones del gran espacio cósmico
por una cruz
bajo las estrellas.

Y por fin se ha dormido,
sí, ha dormitado en la sombra,
arrullada por un fondo de lejanas conversaciones,
por gritos ahogados y empañadas risas,
como de gentes que hablaran a través de mantas bien espesas,
sólo rasgadas de improviso
por lloros de niños que se despiertan mojados a la media noche,
o por cortantes chillidos de mozas a las que en los túneles les pellizcan las nalgas,
…aún mareada por el humo del tabaco.

Y ha viajado noches y días,
sí, muchos días,
y muchas noches.
Siempre parando en estaciones diferentes,
siempre con una ansia turbia, de bajar ella también, de quedarse ella también,
ay,
para siempre partir de nuevo con el alma desgarrada,
para siempre dormitar de nuevo en trayectos inacabables.

…No ha sabido cómo.
Su sueño era cada vez más profundo,
iban cesando,
casi habían cesado por fin los ruidos a su alrededor:
sólo alguna vez una risa como un puñal que brilla un instante en las sombras,
algún cuchillo como un limón agrio que pone amarilla un momento la noche.
Y luego nada.
Solo la velocidad,
solo el traqueteo de maderas y hierro
del tren,
solo el ruido del tren.

Y esta mujer se ha despertado en la noche,
y estaba sola,
y ha mirado a su alrededor,
y estaba sola,
y ha comenzado a correr por los pasillos del tren,
de un vagón a otro,
y estaba sola,
y ha buscado al revisor, a los mozos del tren,
a algún empleado,
a algún mendigo que viajara oculto bajo un asiento,
y estaba sola,
y ha gritado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado
quién conducía,
quién movía aquel horrible tren.
Y no le ha contestado nadie,
porque estaba sola,
porque estaba sola.
Y ha seguido días y días,
loca, frenética,
en el enorme tren vacío,
donde no va nadie,
que no conduce nadie.

…Y esa es la terrible,
la estúpida fuerza sin pupilas,
que aún hace que esa mujer
avance y avance por la acera,
desgastando la suela de sus viejos zapatones,
desgastando las losas,
entre zanjas abiertas a un lado y otro,
entre caballones de tierra,
de dos metros de longitud,
con ese tamaño preciso
de nuestra ternura de cuerpos humanos.
Ah, por eso esa mujer avanza (en la mano, como el atributo de una semidiosa, su alcuza),
abriendo con amor el aire, abriéndolo con delicadeza exquisita,
como si caminara surcando un trigal en granazón,
sí, como si fuera surcando un mar de cruces, o un bosque de cruces, o una nebulosa de cruces,
de cercanas cruces,
de cruces lejanas.

Ella,
en este crepúsculo que cada vez se ensombrece más,
se inclina,
va curvada como un signo de interrogación,
con la espina dorsal arqueada
sobre el suelo.
¿Es que se asoma por el marco de su propio cuerpo de madera,
como si se asomara por la ventanilla
de un tren,
al ver alejarse la estación anónima
en que se debía haber quedado?
¿Es que le pesan, es que le cuelgan del cerebro
sus recuerdos de tierra en putrefacción,
y se le tensan tirantes cables invisibles
desde sus tumbas diseminadas?
¿O es que como esos almendros
que en el verano estuvieron cargados de demasiada fruta,
conserva aún en el invierno el tierno vicio,
guarda aún el dulce álabe
de la cargazón y de la compañía,
en sus tristes ramas desnudas, donde ya ni se posan los pájaros?

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Per què viatges d’una terra a una altra, cor boig?

Efren López a Istanbul
Efren López a Istanbul

Per què viatges d’una terra a una altra, cor boig?
Has perdut allò que tothom ha trobat?
És això el que estàs buscant?
Com si l’antídot al verí que hi ha a la teua sang estigués al cim
d’una muntanya
O escrit a l’alé dels vents que et porten per tot arreu
No pots quedar-te quiet a un lloc
No caps a ta casa
Vinga, pren el teu instrument i toca una cançó
No hi ha pàtria per tu en aquest món a banda del teu instrument

Dedicada a tots els músics viatgers, una lletra (originalment en turc) que una alumna d’Efren López ha escrit al taller de composició i arranjaments en música modal realizat a Houdetsi (Creta)

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Tunísia: perfils a la perifèria de la revolució

Zohra Ben Khoud. Jove bloguera tunisiana

1. Pobres

Vaig anar a Tunísia quatre mesos després de la “Revolució”, una revolta popular que va fer caure el dictador Ben Ali. En arribar a l’aeroport de Tunis, vaig agafar un taxi i vaig demanar que em portés a la plaça 7 de novembre. El conductor va somriure: “Voldràs dir a la plaça Mohamed Bouzazi…” El 7 de novembre és una data autoproclamada per Ben Ali, quan va donar el cop d’Estat i va fer fora Habib Bourguiba, antecessor i pare de la república tunisiana. Mohammed Bouzazi era el jove de Sidi Bouzid que es va suïcidar desesperat davant la seu del govern a causa dels abusos policials, i va iniciar la revolució tunisiana.
A Tunísia havia passat alguna cosa més forta que la caiguda d’un dictador: els pobres havien estat en el primer pla de la revolta. Un màrtir pobre i anònim era homenatjat a la plaça principal del país. Vaig comprendre que la revolta tunisiana no havia estat la revolució digital que molts mitjans ens havien ensenyat, sinó una revolta dels pobres.

Una pila de factors van coincidir però de forma simplificada hi podríem veure tres nivells:

– Una revolta dels pobres, en un moment d’esgotament per la descarada corrupció de la família del president, quan l’economia estava caient i l’atur pujant, especialment en zones deprimides com Gafsa, Kasserine o Sidi Bouzid.

– Una difusió a través de les xarxes socials, un efecte inesperat per al govern que fins al moment tenia un ferri control d’uns mitjans totalment oficialistes. Els i les ciberactivistes generaren una contrainformació alhora que una mobilització de la gent, i van aconseguir implicar un jovent que fins aleshores semblava aletargat.

– Un suport intel·lectual de l’advocacia, forta coneixedora dels mecanismes de tortura i repressió a l’oposició política, que va ser present a les manifestacions i va donar una credibilitat intel·lectual a les revoltes.

A Sidi Bouzid va esclatar la revolta, on el nivell de pobresa augmentava, fent créixer l’èxode cap a les grans ciutats. La història de la família de Monia, una amiga meva, dóna una radiografia d’aquesta situació. Originària de Sidi Bouzid, viu en un dels barris més desestructurats de Tunis, cité Helal. Les filles han llaurat el seu futur mentre que els fills no: ella és agroeconomista al Ministeri d’Agricultura, però el seu germà Rachid s’ha dedicat a traficar amb droga:

“El meu germà Rachid ha estat expulsat dels estudis pel seu mal comportament. El meu pare diu que no es vol fer càrrec d’aquest delinqüent, que no l’obeeix mai. He descobert que posseeix droga i he pensat a denunciar-lo, però he descobert que la ven a la mateixa policia o als funcio- naris del Ministeri de l’Interior. O sigui que el denunciaria al mateix circuit que compra la droga. He pensat d’enviar-lo a treballar, a Sidi Bouzid, on el pare encara té un fragment de terra, però ell no hi té cap interès. Fins i tot he pensat a matar-lo”.

2. Ciberactivistes

Ben Alí, a més de repressor i corrupte, va ocultar la pobresa del país mostrant una falsa imatge de desenvolupament. La jove ciberactivista Zohra Ben Khoud de Kairuán m’explicava que, amb la revolució, va descobrir quin nivell de pobresa hi havia al seu país, sobretot per la informació penjada pels blocaires a les xarxes socials, que van ser un element molt important en articular una xarxa de contrainformació i convocar mobilitzacions espontànies a través dels flashmobs:

“Abans es venia la imatge d’un país desenvolupat. La cadena nacional de televisió i ràdio ens enganyava i mai no vàrem saber que hi havia un nombre tan alt d’aturats i una situació tan mise- rable en aquest país. Com que els periodistes oficials no feien els deures, els blocaires van fer la feina de retratar la realitat: Lina Ben M’heni, Hana Trabelsi, Slim Amamou, Fatma Riahi, Yassine Ayari, o Ali Bouzazi a Sidi Bouzid… Es desplaçaven al terreny, filmaven el que veien i i ho publicaven als seus blocs personals, a Facebook, Twitter… Abans de la revolució, Lina amb Slim i Yassine ja van organitzar una manifestació contra la censura el maig del 2010 al centre de Tunis. Slim Amamou va ser detingut i el bloc de Lina va ser censurat. Era habitual veure el número 404 a les pàgines d’Internet, que indica un error tècnic, però que a Tunísia significava que el lloc havia estat censurat”.

La blocaire Lina Ben Mhenni (//atunisiangirl. blogspot.com) ha publicat un llibre traduït al castellà, La revolución de la dignidad, on descriu d’aquesta història.

3. Advocats i advocades

Els primers sittings –que a Tunísia es fan des del principi de les revoltes, molt abans del 15-M– van tenir lloc a les zones més deprimides com Kasserine, Menzel Bouzaïene, Meknassi, Jebeniana o Sidi Bouzid. Des del primer moment s’hi van sumar l’advocacia, que va ser clau, ja que la seva presència donava una especial credibilitat a les revoltes.

Un exemple és Mohammed Abbou, molt conegut per ser un dels pocs advocats que Ben Ali va empresonar. Com que era un personatge reconegut i públic, ràpidament hi va haver una forta pressió del sector i també de la diplomàcia internacional:

“Els advocats érem l’única força organitzada i independent del període de Ben Ali, no n’hi havia cap altra… Ben Ali ens detestava. Per això vam tenir una importància a la revolució. La meva detenció va ser el 2005, quan vaig publicar un article anomenat “Ben Ali-Sharon”: comparava els dos caps d’Estat de Tunísia i Israel ja que els dos eren militars, especialistes a reprimir manifestacions i amb problemes de corrupció dins la seva família.

L’endemà ja vaig ser detingut per la policia, i vaig estar-hi més de dos anys. Les repressions de Ben Ali a les presons eren més fortes que les d’Abu Ghraib a l’Iraq, però jo no vaig ser torturat, ja que hi va haver molta pressió externa”.

4. Futur

A les primeres eleccions democràtiques fetes a Tunísia, ha guanyat l’única força que estava mínimament estructurada durant el règim, Ennahda. S’ha produït un daltabaix a gran part de l’activisme de la revolució. A les xarxes o mitjans socials hi ha una frenètica activitat on tot- hom es pregunta per què han guanyat els islamistes (amb incomptables acudits sobre el vel, per exemple). L’apunt que va penjar una amiga a Facebook (i que deixo com a anònim) ho exemplifica:

– Pfff..
– Fa fred?
– No encara… però les coses no es presenten massa bé per al país… un govern de MERDA! Que ens fotrà de nassos contra la paret… Pitjor que els barbuts, ho són els mega esquerranosos frustrats que només pensen a venjar-se! Crec que seria millor estar en un fred nòrdic que a 20 graus i en la situació d’aquest país! Brrrr

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Afganistan, how are you? 10 anys de desastre i manca del perspectives cap al 2014

Futur davant l’abisme

L’abril del 2002, just després de la invasió dels Estats Units que va fer caure el règim dels talibans, vam fer un viatge a Kabul amb la periodista Mònica Bernabé. L’Afganistan era, en aquell moment, un país nou i desconegut per la seva població. Podien escoltar música, volar estels i passejar pels carrers sense ser aturats per la policia puritana. Ja no serien atacats o massacrats indiscriminadament com havia passat al llarg de 30 anys. Era un brevíssim impasse de llibertat en un país que havia estat aniquilat. La gent pel carrer ens saludava espontàniament: “How are you?”

L’Afganistan porta una llarga història destructora, però els darrers 30/40 anys, soviètics, americans, pakistanesos, àrabs, senyors de la guerra afganesos etc. han portat al país a la seva aniquilació en tots els sentits. Ningú ha tingut cap interès en reconstruir el país i a la seva gent. Al 2001 hi havia l’oportunitat de restituir la pau I la normalitat amb el suport internacional. Contràriament tot ha estat un cúmul de despropòsits que han portat el país a un carreró sense sortida. L’any 2014, quan es planteja la retirada de les forces internacionals amb tot el que això comporta, marca una línia de divisió entre un abans i un després pel país. Es deixa la població desemparada i amb pànic davant l’abisme per manca de canvis significatius.

El think tank Afghanistan Analysts Network (ANN) ha fet un rigorós informe sobre els compromisos de la comunitat internacional fins el 2014 que conclou: “És pràcticament impossible que la situació a l’Afganistan canviï radicalment abans del 2014, i si canvia serà cap a una escalada del conflicte amb un potencial desestabilitzador a la regió.”

Al Qaida, els talibans i el Pakistan

El 2011 Obama va assassinar a Osama, en un gest efectista i revanxista que indicava que el president més esperat dels Estats Units sols continuava l’errònia política del seu predecessor: l’objectiu únic era atrapar a Bin Laden i Al Qaeda, i no una estratègia global de restitució de la pau i la seguretat al país.

Georges Bush, obsessionat per aquest objectiu va fer del corrupte president pakistanès Musharraf el seu aliat, a qui no discutia res. Així, al temps que els Estats Units portaven a terme la seva pròpia guerra bombardejant a tort i a dret (l’anomenada “Operació Llibertat Duradora”), els serveis d’intel·ligència pakistanesos (l’ISI), acollien i reestructuraven els talibans a les àrees tribals frontereres mentre, per simular el joc de la col·laboració, lliurava a la CIA àrabs d’Al Qaida (no talibans). Pel Pakistan la seva guerra era la Índia, i volia crear un cinturó talibanitzat a la frontera per impedir els contactes del govern afganès amb els indis, i també crear resistents islàmics per enviar a la lluita contra el Caixmir, disputat històricament amb la Índia. Els talibans s’enfortien i “tornaven a casa”, o sigui a les províncies més pashtun al sud de l’Afganistan d’on provenien: a Helmand, a Kandahar, a Uruzgan… El 2006 es van donar les primeres grans ofensives dels talibans. A més la política del president afganès Hamid Karzai afavoria aquest enfortiment ja que no es basava en la construcció institucional sinó d’enfortiment de personalitats concretes que fàcilment pactaven amb qui més els interessava.

Estratègia militar o econòmica?

Les operacions militars eren cada cop més impopulars i els morts civils dels bombardejos augmentaven. Human Rights Watch a “Troops in contact” documenta que el 2006 es va matar 116 civils, el 2007 321 i sols a l’inici del 2008 ja eren 119. L’actuació humanitària també n’era víctima militar en adoptar-se una estratègia que on les tropes participaven dels projectes de reconstrucció (els “Equips de Reconstrucció Provincial”). Es confonien els objectius militars i els humanitaris i les ONG es convertien en objectiu d’atacs. Per rissar el risso els advocats conservadors de Bush decidiren que els Acords de Ginebra en matèria de presoners de guerra no s’aplicarien en la seva invasió a l’Afganistan i als detinguts se’ls aplicava la “presumpció de culpabilitat” enlloc la “presumpció d’innocència”. Les imatges macabres dels detinguts a la presó de Guantánamo varen voltar el món. A aquesta impopularitat s’ha sumat desafortunats actes de les tropes internacionals amb cremades d’Alcorans i altres, que han creat un efecte extremadament anti-occidental.

Econòmicament no hi ha hagut una estratègia de desenvolupament del país. Els guanys agrícoles no mantenen les famílies rurals i es depèn econòmicament de l’exterior externa. En realitat sols funciona la economia informal i el cultiu de l’opi, però no ha funcionat cap estratègia d’erradicació, si es que n’hi ha hagut mai. Karzai, a més, no ha actuat de forma contundent, tolerant els sospitosos de narcotràfic que molts d’ells formen part de l’estructura de senyors de la guerra que dominen el país, o part de l’estructura clànica dels pashtun (la seva ètnia). A més l’opi enforteix el retorn dels talibans ja que es cultiva massivament a províncies que estan sota el seu control, com Helmand.

Criminals de guerra

El paper de la “intervenció internacional” podria haver estat realment útil en el canvi polític, donant suport a un sistema electoral plural, multiètnic i basat en candidats lliures d’armes. Aquest és un procés que no pot ser portat a terme pels afganesos per si sols. Els responsables de la recent destrucció sanguinària del país, els anomenats senyors de la guerra, han passat davant dels ulls internacionals a ser part de l’estructura de govern entrant al parlament, com a ministres, controlant sectors econòmics del país etc. Els “Acords de Bonn” del 2001 i a la posterior gran assemblea del país del 2002 (la “Loia Jirga”) eren grans oportunitats de fer-los fora de joc: però el paper internacional s’ha mantingut vergonyosament neutral i “no-intervencionista” en temes polítics, malgrat s’ompli el país de tropes “intervencionistes”. Fins i tot quan es va signar un pla acompanyat per la ONU per reparar els crims, les seves responsabilitats i el dolor de les víctimes (justícia transicional) va ser bloquejat per una llei d’amnistia aprovada pel corrupte govern afganès per tal d’invalidar les proves que aportava un informe detallat de Human Rights Watch el 2.006 sobre els crims comesos a Kabul pels aquests senyors de la guerra.

La signatura de lleis que a la pràctica són paper mullat són habituals especialment pel que fa als drets de les dones. S’ha aprovat esmenes de gènere a la nova constitució, s’ha incorporat dones al parlament, o s’ha aprovat sense restriccions les lleis internacionals contra la violència a les dones (CEDAW) com a la cara bonica de la política afganesa actual. Però a la pràctica mai s’ha acomplert i les brutalitats contra les dones fruit de la impunitat patriarcal resten intactes.

Ni presència ni retirada

Ara la darrera torpesa diplomàtica és portar a terme negociacions monodireccionals amb els talibans, sense comptar la varietat d’actor de negociació. La població afganesa mira el 2014 sense alternatives: ni es vol la continuïtat de la presència militar internacional que només fa que deteriorar la seva situació, ni la seva retirada que deixa el camp lliure als senyors de la guerra i la insurgència cap a una nova guerra civil a gran escala.

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Piazza-Isole-Montagna (documental 56′ min.)

Versió original subtitulada en català. Quart documental de la série “Oïdes Mediterrànies” de l’associació Mapasonor. El poble, tot sovint, necessita convertir la seva vida quotidiana en expressió artística. El treball rural a les muntanyes sicilianes, esdevé instrument musical. La vida interior dels pobles del món esdevé cant espiritual. Les celebracions a les illes mediterrànies, esdevenen grups musicals. El poble, tot sovint, necessita convertir la seva vida quotidiana en expressió artística. El treball rural a les muntanyes sicilianes, esdevé instrument musical. La vida interior dels pobles del món esdevé cant espiritual. Les celebracions a les illes mediterrànies, esdevenen grups musicals.

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València, Istanbul, Tessalònica, Kabul (documental 38′ min.)

El músic Efrén López, exintegrant del grup L’Ham de Foc, viatja per Turquia i Grècia a la recerca de les tradicions que marquen la seva música. En el viatge, Efrén conversa i toca amb diferents músics representatius de la música tradicional d’aquestes zones, fent evidència de les similituds, no només musicals, entre les tradicions de tota la Mediterrània i més enllà.
“La proximitat de Grècia amb Turquia ha permès durant anys moviments migratoris entre un lloc i l’altre. A principis del segle XX, persones gregues que tornaven després d’haver viscut a Turquia, portaven ritmes i melodies d’origen turc, i els utilitzaren per criticar la seva precària situació.”
“Aquests intercanvis faciliten la creació de propostes conjuntes en què cadascú aporta el que és originari de la seva cultura”.
“L’enriquiment que suposa la immigració de persones de diferents ètnies i cultures en un mateix territori: es generen espais de convivència que suposen un enriquiment important tant de la cultura d’acollida com de la originària de cadascú”.
A la secció de descàrregues hi trobareu una proposta pedagògica per treballar el documental.

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D’Es Castell a Sa Pobla (documental 39′ min.)

“D’Es Castell a Sa Pobla”, Construint la cultura popular, és un viatge musical a Mallorca i a Menorca amb Toni Torrens i Miquel Ametler.
Aquests dos dinamitzadors culturals visiten una multitud de persones que, des de l’anonimat, treballen per forjar la cultura popular. La idea clau del documental és que la cultura popular és un organisme viu i ric, i és una eina de progrés si és construïda pel poble.
Cal que les comunitats humanes, lluny de complexes, confiïn en la seva pròpia cultura i sentin com a responsabilitat individual el construir-la dia a dia.
En canvi quan la cultura es controla des dels òrgans de poder o des de l’imperi del mercat deixa de ser una eina de progrés per esdevenir profundament conservadora.
Aquest documental forma part del projecte Oïdes Mediterrànies de l’associació Mapasonor.

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Afganistán, la aniquilación de la música ( Música en Afganistan hasta el 2001: el impacto de la guerra)

Este texto pretende ser un ataque contra el fenómeno histórico más despreciable de la naturaleza humana: la guerra. Afganistán ha sido y es una víctima de esta vergüenza de la humanidad y todo un pueblo ha sido víctima de la sed destructiva de unos cuantos grupos de guerreros. La música, como expresión de la vida de las personas y los pueblos puede mostrarnos cómo un país puede tener un antes y un después, como toda su riqueza puede ser de golpe aniquilada, con difícil vuelta atrás.

Daud Khan. Foto: Javier González
Daud Khan. Foto: Javier González

El Rubab de Efrén López

En el año 2003, dos años después del 11 de septiembre, el músico valenciano Efren López me pidió un favor personal: que le comprara un rubab en Kabul, el instrumento de cuerda más identitario de Afganistán. En 2002 yo ya había estado en los caóticos mercados para comprar casetes, las primeras joyas musicales que se podían encontrar tras la caída de los talibanes. Un año antes era un acto de delincuencia el simple hecho de escucharlos. Los luthiers hacía años que habían huido del país, por lo que en un momento tan prematuro, fue una odisea encontrar un lugar donde vendieran instrumentos musicales. En medio de un barrio periférico de Kabul rodeado de edificios destrozados y llenos de metralla de guerra, me encontraba ante un hombre elegante de barba blanca afinando las cuerdas, un milagro en un país literalmente destruido. Efrén recibió el instrumento absolutamente alucinado, pero quizás dimensionaba del todo que aquello era casi un milagro en medio de un ambiente de posguerra. De una guerra donde todo se había destruido y prohibido hasta el absurdo, donde las crueldades más inimaginables se habían realizado por criminales de fuera y de dentro del país.

Cuando se leen las emotivas crónicas de viajeras de los años 30 como Ella Maillart (La via cruel) o de los años 70 como Ana Briongos (Un invierno en Kandahar), y cuando se escuchan las grabaciones de campo y los escritos musicales de etnomusicólogos especializados en Afganistán como John Baily, Veronica Doubleday o Mark Slobin en los 60 descubrimos un país hospitalario, tradicional y seguro para viajar. Uno no puede ni imaginarse que el país se convertiría en el epicentro de la guerra y de los intereses geoestratégicos que le llevarían a su aniquilación. Este artículo parte de la idea de cómo se puede aniquilar un país a partir de la guerra para convertirlo en una pesadilla de lo que era. La música es un perfecto pretexto para ver la vitalidad del país antes de estallar el conflicto.

Viajes hacia la cultura popular

En 2003 fui como cooperante a Now Bloque, un pueblo rural ubicado en el norte del país, una región turkmena montañosa y fría, llena de chatarra bélica. Había sido núcleo de resistencia contra los soviéticos en los 80 y después había sido marginalizada y atacada por los talibanes ya que sus habitantes eran de etnia hazara, un grupo étnico de ascendencia mongol y mezcla turkmena que odiaban (eran shiítas y no suníes como ellos). Era un pueblo completamente empobrecido, sin médicos ni escuelas, con una dieta basada en el consumo de patatas, y con esclavismo laboral e infantil como única fuente de ingresos, tejiendo alfombras. Pedí si podía escuchar algún músico local y les costó mucho encontrar un tocador de tuiduk (una larga flauta turkmenos). Nos regaló una melodía larga, repetitiva, una especie de mantra interminable, e intenso a pesar del poco virtuosismo del músico.

La música popular había sido una manifestación artística muy presente en los diversos momentos de su vida social. La guerra aniquiló la vida social y las manifestaciones musicales. Now Bloque, por ejemplo, había casi desaparecido cuando los habitantes se refugiaron en Pakistán. Uno de los recopilatorios más fascinantes, el “Afghanistan Untouched” (editado por “Traditional crossroads”) contiene las grabaciones de campo de Mark Slobin a lo largo de todo un período de paz de 1967 a 1972, un momento en que el país se dirigía hacia una modernización relativa y era bueno fijar las fuentes de las tradiciones. Este viaje musical es actualmente inimaginable. Él mismo escribe en el CD: “Antes de que las tierras fueran aplastadas, su gente dispersada y su música silenciada por el caos, Afganistán desbordaba de tesoros musicales…”.

Encrucijada de culturas

La música de tradición oral afgana es la de un país que es una cruzada de culturas, a veces en convivencia, a veces en conflicto. Por un lado están las culturas vinculadas a las repúblicas centroasiáticas, sobre todo la uzbeca y la tayica, que comparten el uso del instrumento de cuerda del tanbur (aunque con diferente tonalidad). También están los turcmenos, provenientes de migraciones soviéticas en los años 20 y adaptados a la cultura musical de los anteriores, o los kazajos de tradiciones musicales muy propias sin relación con el resto. También están los hazaras musicalmente vinculados a los anteriores.

La etnia mayoritaria en Afganistán son los pashtun que están conectados a las áreas tribales de Pakistán, una frontera impenetrable y ambigua. Tienen un sentimiento identitario muy fuerte. A pesar de ser profundamente patriarcales tienen una expresión poética y musical sorprendente, los landai, poemas cortísimos y metafóricos que expresan sentimientos de amor, de pérdida, de amor hacia la naturaleza etc. Al parecer la mayoría de landai son compuestos por mujeres y, además de temas del ámbito doméstico o de la tristeza por el exilio o la pérdida del marido en la guerra, algunos tienen un contenido altamente erótico. Un ejemplo que encontramos en el libro “El suicidio y el canto” en Ediciones del Oriente y del Mediterraneo es este: “De buen grado tiene daría mi boca, pero ¿para qué remover mi cántaro? Ya estoy toda mojada.”

Música para hombres y para mujeres

La música en Afganistán se desarrolla sobre todo en el ámbito privado, aunque sea practicada en ocasiones de vida social. Los músicos tienen prestigio por su función social, pero también un cierto anonimato ya que el trasfondo de conservadurismo religioso musulmán les lleva a la discrecionalidad. Slobin dice que el músico es transmisor de pasión y por eso se le tacha de ausheq (portador de pasión o Souq, de una manera similar a los sufíes) o de diwana (loco). Esto mismo ocurría con las danzas, muy apreciadas en el ámbito doméstico o en fiestas privadas pero a menudo mal vistas en el espacio público.

En la vida pública las expresiones musicales de la música afgana son sobre todo masculinas. Uno de los lugares de encuentro más representativos son las “casas de té” (chaihanas), espacios muy vivos a veces censurados por los “guardianes de la virtud”. Allí se desarrollan tradiciones musicales diversas como los poemas épicos acompañados del tanbur, el glichak o las flautas locales, o incluso el rubab, cordófono usado en la música culta.

Las fiestas son una ocasión especial para la música, en especial las bodas. En Kabul, tras la caída de los talibanes, la ciudad estaba prácticamente en ruinas. Los primeros edificios nuevos o restaurados que aparecieron eran las casas lujosas y kitsch de los señores de la guerra o las enormes salas de bodas. En Afganistán las bodas y los sistemas de dote son el sistema familiar en sí mismo. Y el origen de las bodas convenidas como sistema de negociación entre familias que forman parte del sistema social. Cuando reina la impunidad legal, como ha ocurrido en los años de guerra, se extreman las prácticas de matrimonios prematuros con casos hasta de bodas de niñas de 8 años.

En las bodas la segregación entre sexos es estricta. Las bodas masculinas, al ser más accesibles, están más estudiadas. Por ejemplo en el área de Kabul los grupos de músicos profesionales tocan instrumentos de origen indio como la tabla (membranófono) y rubab. Las bodas son el gran momento expansivo de la vida de las mujeres y ha podido ser estudiado y registrado en la zona de Herat por la etnomusicóloga Veronica Doubleday (con CDs como “Female musicians of Herat” publicado por la Unesco o libros como “Three women of Herat”). La Doubleday recoge testimonios de mujeres profesionales, las golpasand, que hacen una música muy rítmica con daireh, un gran pandero, o instrumentos de origen indio como el harmonium (especie de acordeón) o la tabla donde las mujeres danzan energética y sensualmente. Grabó varias golpasand como la Zainab Herawi, cantante de gran calidad que después grabó para Radio Kabul y que actualmente ha asesorado grupos como el Ensemble Bakhtar. En estas grabaciones se hacen patentes temas del canto de mujeres como las relaciones familiares, la maternidad, el amor pasional, los temas personales, los temas espirituales… Un ejemplo es este: “Cuando yo te veo, mi corazón late y mis labios ríen. Dicen que renuncie a mi amor. ¿Cómo podría renunciar a ti? Moriría.”

Música culta

Las tradiciones cultas en Afganistán, denominadas “Klasik”, tienen fuertes lazos con las tradiciones hindustàniques de la India, incluyendo los patrones melódicos de la raga y los rítmicos de la tala. Las ragas afganas, sin embargo, tienen muchas más variaciones rítmicas. Esta influencia india afecta hasta todo en la zona oeste de Herat, especialmente cuando en los años 30 adopta el estilo de Kabul. Herat había sido un epicentro cultural de cultura persa, pero que estaba en lentísima decadencia desde el siglo XV. En Afganistán también se desarrollan los géneros vocales, especialmente los ghazal vinculados con Pakistán y el norte de la India.

El instrumento nacional afgano es el rubab, el llamado “león de los instrumentos”, un cordófono tan relevante que aunque habitualmente la música india ha influido en la afgana, en este caso ha sido el rubab que ha influido la creación de un instrumento muy importante para la música india, el sarod. Es un instrumento solista o de acompañamiento, que tiene una caja de madera de dos cuartos, mástil corto, con multitud de cuerdas simpáticas y que empieza a tocarse el siglo XVIII. Algunos de los grandes maestros o “Ustad” (palabra árabe-persa que significa maestro) son Daoud Khan (maestro de la Efrén López), Mohammed Omar, Sardar Mado, Essa Kassemi, o Mohamed Rahim Khushnawaz. A este último tuvimos la suerte de verlo tocar en Barcelona en diciembre de 2001, en plena invasión de Estados Unidos en Afganistán. Él pertenecía a una familia de Herat de músicos profesionales a lo largo de varias generaciones. Su padre había favorecido la introducción del estilo kabulí en la provincia, influido por el sistema de la raga india. En Herat tocaba con Gada Mohamed, músico de otra adscripción social, ya que era amateur que había aprendido a tocar por observación el dutar (cordófono creado en 1965 en el contexto de Radio Kabul). Gada se refugió durante la guerra civil en Irán, y el ustad Rahim se quedó en Herat.

Lady Parwin

“Yo fui la primera mujer cantante en la radio, a principios de los años 50, y me decían Lady Parwin. En aquella época cantábamos temas indios o música local tradicional, pero fue en Radio Afghanistan que se empezó a introducir el jazz. Las mujeres de todos los orígenes nos apoyábamos a pesar de la discriminación que había entre las etnias. Yo, por ejemplo, cantaba en todas las lenguas del país. Los mullahs no nos podían restringir como hacen ahora ya que no tenían el mismo poder. En el período soviético pudimos desarrollar nuestras carreras hasta que llegó la guerra y las luchas sangrientas nos obligaron a marchar a refugiarnos a Peshawar, en Pakistán. Nosotros vivíamos en Kabul en el barrio donde vivían muchos artistas, que fue objetivo de muchos ataques. Marchamos tan rápido que ahora no tengo nada de aquella época, ni siquiera mis fotos.”

En 2003 visité una de las grandes estrellas de la música afgana, una mujer aún recordada por mucha gente, Lady Parwin. Tenía origen aristocrático pero ahora vivía en Kabul en un edificio destrozado de un barrio que había sido bombardeado, de vuelta de su período como refugiada. Era muy vieja y muy pobre, y había perdido todo lo que tenía, hasta los recuerdos de cuando había sido una famosa estrella. Pero el peso más grande era haber perdido el estatus y la libertad que había tenido. Ella mantenía su dignidad. Incluso fumaba. Pero el país era sólo una sombra de lo que había sido.

Radio Kabul

En este contexto cultural afgano Radio Kabul (nacida en 1925 y destruida en 1928) que luego fue Radio Afghanistan (nacida en 1940 gracias al apoyo alemán) suponía un giro copernicano para la música afgana aportando dos cambios cruciales: las mujeres pasaban a participar en el ámbito público, y además como estrellas famosas, y la diversidad étnica del país participaba en un mismo nivel, o en fusión interétnica.

Mark Slobin apunta que la radio fue uno de los factores unificadores claves en un país marcado por la fragmentación étnica, lingüística, urbana, rural… La radio reducía espacios ya que llegaba a todas partes y hablaba de unos valores de una modernidad muy adaptada al país. Además recogía músicas de artistas folclóricos respetando sus orígenes (como un excelente músico popular de cordófonos, Baba Naím), también creó una orquesta propia con una gran actividad, o llevó músicas de países como India, Pakistán, Irán, Tajikistan. Radio Afghanistan fue una escuela en un contexto donde la música no estaba en el currículum escolar. De ella salieron otras grandes estrellas como Ahmed Zahir, fenómeno de masas y que usaba elementos musicales modernos (órgano eléctrico, guitarra eléctrica, trompeta) o Ustad Mahwash, todavía viva y una de las pocas mujeres que recibió la categoría de ustad.

Afganistán, pues, era un país con unas tradiciones populares definidas, con una tradición y unos instrumentos nacionales, y hasta con un fenómeno de música moderna de masas y mujeres divas… Pero el peor parásito y la peor vergüenza de la humanidad aniquiló un país, una cultura, un pueblo y sus personas: la guerra.

Censura

Mónica Bernabé, destacada por su trabajo periodístico en defensa de los derechos humanos (con galardones como el “Premio Julio Anguita Parrado” o el “Premio Proteus”) entró en el país el periodo talibán y nos dejó el año 2000 uno de los pocos testigos en nuestro país de los efectos de los talibanes en la música: “los talibanes controlan el 90% del país bajo un régimen de terror. Están prohibidas las fotografías, la televisión y la música. Yendo hacia Kabul, en la carretera, hay cintas de vídeo y casete destrozadas y colgadas sobre postes de madera. La imagen es surrealista.” Publicó en El Punt su experiencia entrando en el país en pleno período talibán con uno de los pocos visados de turista que se debían haber emitido en aquella época.

Los talibanes no fueron los únicos, y quizás ni los más destructores, ya que 30 años de guerra con armas, torturas, violaciones y prohibiciones de todo tipo tenían muchos responsables, y muchos de ellos ocupan puestos en el poder avalados internacionalmente. La cantante Parwin no debió marchar por los talibanes sino por los asesinos que destruyeron Kabul y que actualmente forman parte de la estructura política (como Dostum) o alzados como héroes nacionales (como Masud).

El etnomusicólogo John Baily ha hecho para la asociación Freemuse (en defensa de los derechos de expresión musical) el informe “¿Puedes detener el canto de los pájaros?” (“Can you stop the birds singing?” Descargable desde su web) imprescindible sobre la censura en la música de Afganistán. Baily nos informa de las visitas que hizo en los años 80 a los campos de refugiados de Irán, donde la música era altamente restringida y censurada por las políticas del régimen censor del Ayatollah Jomeini (muy en especial durante el período de la guerra entre Irán y Irak). Los campos de refugiados de Pakistán, cerrados en sí mismos y con poco contacto con las ciudades, estaban controladísimos por mujaidines (guerreros del Islam) que estaban batallando contra los soviéticos y que a menudo provenían de las zonas fronterizas donde había una sociedad tribal ultraconservadora. Estos presionaban para censurar la música especialmente en directo (de entrada prohibían la amplificación) y a veces también los casetes o la radio. Esta presión de los mujaidines sobre las expresiones musicales era aún más fuerte cuando se fueron los soviéticos en 1989, ya que los señores de la guerra que crecieron iniciaron una cruel guerra entre ellos que tomó la sociedad civil como campo de batalla, con una guerra abierta que especialmente en Kabul afectó totalmente y, como nos explicaba la Parwin, especialmente del barrio donde ella vivía.

En la ciudad de Herat dominada por el señor de la guerra Ismail Khan, por ejemplo, Baily nos habla de la creación de la “Oficina para la propagación de la Virtud y la prevención del vicio”. Se ordenó varios edictos que, sin llegar al extremo de los talibanes, eran un preludio. Controlaban la vida civil y limitaban la música de danza o de temas de amor, también la música amplificada y prohibían a las mujeres ser profesionales de la música. A los hombres no se les prohibió pero la vigilancia de la policía religiosa era muy fuerte.

Talibanes

“Prohibir la música … En tiendas, hoteles, vehículos y rickshaws los casets y la música están prohibidos … Si se encuentra un casete de música en una tienda, se pondrá en la cárcel el tendero y se cerrara la tienda … Si se encuentra un casete en un vehículo, el vehículo y el conductor serán encarcelados … Se prohíbe la música en bailes y bodas. En caso de violación el cabeza de familia será arrestado y castigado.”(Edictos talibanes después de 1996 recogidos por Ahmed Rashid).

Los talibanes lo llevaron al extremo. Su aparición súbita ocurre en un contexto de pérdida de crédito de los mujaidines, en una guerra interminable y despiadada entre los que habían defendido el país contra la invasión soviética. En las zonas pashtunes, una cultura ya de por sí conservadora, los mullahs más ultraconservadores se organizan para “poner orden” en un país en caos con una ideología que lee el Islam de forma sesgada, única y simplista inspirada en la corriente pakistaní deobandi. Es decir los talibanes mezclan los aspectos más conservadores de la cultura pashtun y de determinadas interpretaciones del Islam, sin que realmente representaran ni la sociedad pashtun ni la religión musulmana. La cultura popular pashtun es plural y rica y los edictos talibanes la destruye de raíz. No sólo eso sino que se cargan la existencia del oyente en sí. Además ataca una parte de la tradición islámica muy arraigada en Afganistán, la sufí, interpretación del Islam que ha sido pero el caballo de batalla de muchos movimientos ultraconservadores del Islam.

Epílogo

La situación posterior a la caída de los talibanes es extremadamente compleja y fuera del alcance de este artículo. Al fenómeno de masas de la música comercial india (sobre todo el Bollywood) se le suma la reactivación de artistas como Farhad Darya o Naghma vinculados a la última época de Radio Afganistán, o el nacimiento de otros artistas de ancho resonancia como Shafiq Moreda, Amir Jan Saburo o Takhar Shobab & Sidiqi Shobab, incluso el hip hop de raperos como Dj Beshir. Pero el trasfondo sigue siendo el de acoso y censura tanto gubernamental como de la insurgencia vinculada a los talibanes.

Todo Afganistán ha sido la víctima de unos intereses geoestratégicos y la música es la imagen de cómo la política puede aniquilar la vida de las personas, puede aniquilar la justicia y la dignidad de un pueblo. Los afganos y las afganas nunca han merecido ser víctimas de este vergonzoso juego de ajedrez del que todos y todas somos un poco responsables.

Nota: este artículo fue publicado en catalán en la revista Caramella.

Articulo publicado originalmente en El Inconformista Digital

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Joola (documental 51’38” min.)

El documental Joola planteja analitzar la situació de la dona senegalesa dins del seu país i el seu context cultural i social. Més en concret  s’analitza la dona senegalesa musulmana i en especial de la ètnia joola a la zona del Casamance.
Però per fer-ho el documental pren l’exemple del poble d’Oussouye a través dels ulls d’unes dones concretes.
A la història d’Oussouye es a través de la mirada i l’acompanyament d’algunes noies seleccionades del poble d’Oussouye tot un context de vida de les famílies, de comunitats, i de trets del país, i per context ens ubiquen a les dones senegaleses musulmanes.

Entenem que les dones en una societat com la senegalesa, i concretament en una zona com Casamance, viuen un context on les religions tenen una forta osmosi entre elles, i un fort substrat de religió tradicional.

Existeix una forta tolerància entre comunitats entre comunitats religioses. Per tal entenem que per entendre el context senegalès de les dones musulmanes no es poden filmar exclusivament dones i famílies musulmanes, sino un ample espectre social que ens ferà entendre de forma més real com és la societat i la cultura on la dona senegalesa musulmana viu, i les seves tensions en el context actual.
El documental no pretén desenvolupar una tesi o estudi a través d’un reportatge amb entrevistes a personalitats expertes i una exposició oral (a través d’un locutor) dels temes a exposar.Els objectius i temes d’anàlisi que proposem són sols un substrat necessari per a saber què tractem.
Es pretén retratar la vida de les dones (a través d’unes dones concretes) i de la comunitat a través d’una filmació de la seva vida diària (des de la íntima i familiar a la social o comunitària) en tot el seu context.
Elles, la seva família i els habitants del poble d’Oussouye en seran els testimonis (a través de la filmació de la seva quotidianitat), així com a través de diàlegs o discussions obertes (no entrevistes tancades) que partiran dels temes d’anàlisi proposats. Els temes són sols un punt de partida per a incitar la seva expressió, no una finalitat.
Es va a buscar espais de filmació que responguin a les finalitats planificades als objectius: des d’una observació de la seva vida dina la família en un dia qualsevol, fins a una entrada en aquells espais que representen la vida pública o comunitària) hospitals, escoles, celebracions de fetitxes etc).

 

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