La mujer padece fuertes dolores y un cansancio generalizado que le impide realizar cualquier trabajo.
La Seguridad Social ha reconocido una incapacidad laboral total a una trabajadora autónoma que regentaba un negocio de peluquería en Sevilla y que padece fibromialgia, una decisión que ha adoptado la propia Administración sin que en este caso la mujer haya tenido que acudir a los tribunales de lo Contencioso-administrativo. Esto demuestra que los enfermos de fibromialgia y fatiga crónica cada vez más son reconocidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) como incapacitados a nivel laboral.
La trabajadora, de 51 años y afiliada en el régimen especial de trabajadores autónomos, no tenía reconocida ninguna incapacidad, pero a la vista de resultarle imposible desempeñar su actividad laboral a diario por las patologías físicas que padece, se vio obligada a solicitar una pensión de incapacidad permanente total, ya que de lo contrario podría ver empeorada sus dolencias con el transcurso del tiempo.
Las patologías que padece son varias, entre las que cabe destacar la fibromialgia y migraña, las cuales no le permitían ni realizar las actividades diarias tan básicas como peinarse, ducharse o vestirse, entre otras muchas.
La fibromialgia en su caso le producía fuertes dolores y cansancio generalizado, y un agotamiento lo cual le impide la realización de cualquier profesión, y sobre todo de la suya en el negocio de peluquería, expuesta a diario a numerosos productos de cosmética.
Ante dicho escenario y problemática sobre cómo realizar los trámites de solicitud de incapacidad, esta señora y asesorada por el letrado Álvaro Jiménez Bidón, socio del Bufete Jiménez Bidón Abogados, inició el expediente de incapacidad permanente. Y la resolución del INSS dictada ahora determina que efectivamente padece fibromialgia y migraña, lo cual le imposibilita desempeñar su actividad laboral con el horario y estrés que ello conlleva.
La Seguridad Social ha estimado de esta forma la solicitud de la trabajadora y le ha concedido la incapacidad laboral para su trabajo, lo que representa que la mujer percibirá una pensión vitalicia del 75% de su base reguladora.
Para Álvaro Jiménez Bidón, letrado que ha llevado el caso, “se trata de un logro importante, ya que muchas personas afectadas por estas enfermedades degenerativas y muy dolorosas desconocen la posibilidad de reclamar y obtener así una pensión de por vida”.