Enfermos de fibromialgia y fatiga, demandaran a Salut para exigir tratamiento

Barcelona, 23 sep (EFE).- Asociaciones de afectados por síndromes de sensibilidad central, como la fibromialgia, la fatiga crónica y el síndrome de sensibilidad química múltiple presentarán una demanda contra el Departamento de Salud para exigir el derecho a recibir asistencia sanitaria como cualquier otro enfermo.

Según ha explicado Jaume Cortés, abogado del bufete de abogados Colectivo Ronda que prepara las acciones judiciales en nombre de las asociaciones de afectados, la demanda se presentará contra la Generalitat por vulneración del derecho a la salud de las personas que sufren síndromes de sensibilidad múltiple.

La demanda denuncia que los sistemas de salud catalán y español no proporcionan la asistencia que precisan esos enfermos, pese a que existen centenares de sentencias que reconocen esas dolencias y admiten que son capaces de provocar la invalidez de quienes las padecen.

Las asociaciones exigirán a las administraciones que desarrollen políticas de prevención y formen adecuadamente a los médicos para que sean capaces de detectar esas enfermedades.

La demanda no se ha presentado aún, a la espera de que el Ministerio de Sanidad apruebe el protocolo anunciado para ayudar al diagnóstico de los afectados por el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM) y abrir la puerta al reconocimiento de esa dolencia en España.

El Colectivo Ronda, que desde 2004 trabaja para el reconocimiento de los síndromes de sensibilidad central, ha exigido al Ministerio a concretar un calendario para la aprobación del protocolo, que en su opinión permitirá extender el reconocimiento del SQM a otros países de Europa. EFE

Sanidad abre la puerta a reconocer el mal del síndrome químico múltiple. UNA DOLENCIA POCO CONOCIDA

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Un nuevo protocolo fija criterios para diagnosticar a los afectados, que cada vez son más numerosos
Tras un largo batallar por parte de afectados y médicos, el reconocimiento de la sensibilidad química múltiple (SQM) como enfermedad está a un paso. Y, sobre todo, la posibilidad de un mejor diagnóstico y tratamiento del hasta medio millón de afectados que pueden padecerla en algún grado en España, según algunos expertos. El Ministerio de Sanidad ha concluido el borrador de una estrategia y un protocolo ?elaborados por científicos y profesionales sanitarios? pioneros en Europa que lo harán posible, según explicó el secretario general, José Martínez Olmos. La iniciativa desterrará la incomprensión y el escepticismo de muchos médicos e incluso familiares que no conocen esta compleja enfermedad, crónica, incurable y en aumento, caracterizada por la pérdida progresiva de tolerancia a agentes químicos tan diversos y comunes como productos de limpieza, colonias, disolventes, ciertos alimentos, medicamentos y radiaciones electromagnéticas.
El borrador, cuya larga gestación se inició en abril del 2010, se enviará esta semana a las asociaciones de enfermos y a las comunidades autónomas para que realicen sus aportaciones. Luego será presentado en el Consejo Interterritorial de Salud, para su aprobación definitiva y su puesta en marcha. Aunque el reconocimiento a efectos laborales y para obtener la incapacidad permanente, uno de los caballos de batalla de los afectados, es una competencia que, según Olmos, no corresponde a Sanidad sino a otros departamentos ministeriales, y también debería pronunciarse la Unión Europea.

PROCESO LENTO / No obstante, la nueva estrategia sí servirá de apoyo a la campaña internacional que impulsan 13 asociaciones de afectados para que la SQM sea incluida en la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que se revisará en el 2012. En países como Alemania, Austria, Japón y Australia ya se ha reconocido la enfermedad. Los afectados esperan seguir reuniendo pruebas y ya han trasladado sus peticiones a la directora de Salud Pública de la OMS, la española María Neira. «El proceso avanza lentamente pero de forma segura», valoró David Cifré, coordinador de la Associació Catalana d?Afectats de Fibromiàlgia (ACAF).
Los médicos propuestos por las asociaciones de afectados y los expertos y asesores del Ministerio

“Quejarse es la mejor forma de arruinar una relación”

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Basta de dramatizar?
Sí, basta de terribilitis, porque la mayor parte de los trastornos emocionales (depresión, ansiedad, estrés…) son el resultado de esa tendencia a calificar de terribles cosas que no lo son.

Exageramos.
Anticipamos las desgracias y nos tomamos a la tremenda adversidades con las que deberíamos contar. Los seres humanos tenemos unas 20.000 pequeñas adversidades a lo largo de la vida (te tuerces el tobillo, pierdes las llaves, te roban…).

Al mal tiempo buena cara.
O aceptas la realidad y dejas de exigirle a la vida, o te conviertes en un cascarrabias. Imaginarse muerto es una buena medida preventiva de las ansiedades cotidianas. Dígame, en esta vida tan corta y de la que desconocemos su sentido, ¿es tan importante esta desgracia que le está ocurriendo?

Hay que ver las cosas con perspectiva.
Hay que ser realista, con eso basta. Estamos llenos de creencias irracionales del tipo: “Si me despiden, es el acabose”. El “debo hacerlo todo bien”, “deberían tratarme con consideración y justicia” y “las cosas me deben ser favorables” son exigencias infantiles. La persona madura es la que no exige, sino que prefiere: “Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del día”.

Un matiz importante.
Las personas vulnerables emocionalmente están llenas de exigencias, y cuando estas no se cumplen se enfadan con ellas mismas, con el mundo o con los otros.

¿De dónde surgen esas creencias?
Se transmiten socialmente, son mensajes que nos convierten en débiles y neuróticos. Yo he elaborado una lista de las diez creencias irracionales favoritas de los españoles.

A saber…
Necesito tener a mi lado alguien que me ame; de lo contrario, ¡qué vida más triste! Tengo que ser alguien en la vida. No puedo tolerar que la gente me menosprecie. Debo tener un piso en propiedad o soy un fracasado. Tener buena salud es fundamental para ser feliz. Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con ella.


Tengo que tener una vida emocionante, de lo contrario mi vida es un desperdicio. Más siempre es mejor. La soledad es muy mala…

Qué agobio, sí.
La necesititis es devastadora y nociva para la salud mental. No es cierto que para ser felices necesitemos amor sentimental, éxito, hijos, no tener problemas… Si mantenemos estos deseos en el límite de las preferencias, nuestra mente estará sana.

¿Sanos, solos y aburridos?
¿Por qué no? Tener pareja y lo demás no producen tanta plenitud como puede parecer; si no, las consultas de los psicólogos no estarían llenas. No hay que exigir tanto a la vida, a los demás, ni a uno mismo.

¿Es usted un pasota?
Para nada. Me ocupo, pero no me preocupo de las cosas. El mito de la bondad de la preocupación que nos inculcan desde pequeños es absurdo y nocivo.

Pero si esas creencias son irracionales, ¿cómo poner razón en ellas?
Hay que revisar a diario cómo pensamos, detectarlas, combatirlas con argumentos y desarrollar nuevas creencias racionales. Una de las mayores causas de estrés es el miedo a hablar en público.

Nos afecta lo que piensen de nosotros.
Nos liberamos de la necesidad de aprobación de los demás cuando comprendemos que estar abajo no es ningún problema. Al contrario, ser capaz de estar abajo con orgullo y de buen humor te hace superior y te permite disfrutar más de la vida. Como todos los miedos, la vergüenza y el temor a hacer el ridículo se vencen pensando bien, no enfrentándonos a ellos.

Hay que tolerar la frustración.
No siempre conseguiremos nuestros deseos, pero no pasa nada: la vida sigue siendo bella. Eso es ser realista. La eficacia está sobrevalorada: todo lo que perdemos con los errores que cometemos, por ejemplo en nuestro trabajo, es obviable, pero no lo es la paz interior que perdemos obsesionándonos con la perfección. La felicidad no depende de logros o situaciones ideales, sino de nuestra salud mental.

Amores y desamores son termómetro de nuestro bienestar.
Uno está preparado para tener pareja cuando puede decirle: “Cariño, te quiero mucho, pero no te necesito nada”. Las exigencias y tensiones que causa el amor dependiente, ese que nos trasmiten continuamente a través del cine o la música (“Sin ti yo muero”), es un mensaje neurótico.


Creer que tu pareja tiene que hacerte feliz es mucho exigir y te amargará cada vez que algo falle. Yo creo que si Romeo y Julieta se hubieran casado, su matrimonio no habría durado más de un año.

¿Mejor sugerir que exigir?
Pruébelo, el “me gustaría que…, pero si no lo haces te querré igual” da unos resultados fantásticos. Nunca exija nada a su pareja.

Nadie es perfecto.
La clave de las buenas relaciones es pedir a cada cual lo que puede dar. Aceptar incondicionalmente a los demás es la manera de aceptarnos del mismo modo a nosotros mismos. Quejarse es la mejor forma de arruinar una relación. Y no se cree obligaciones, las cosas hay que hacerlas por disfrute.

Apunta?t al Flash Mob: Mou-te pel Voluntariat!

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La FCVS prepara el Flash Mob Mou-te pel Voluntariat per commemorar l’Any Europeu del Voluntariat en el marc de les Festes de la Mercè de Barcelona. Tothom qui vulgui hi podrà participar. Som molts, però podem ser molts més!

Ens trobareu també a la carpa número 13 de la Mostra d?Entitats, amb tota la informació sobre el voluntariat i amb la presència d?una vintena d?entitats federades de Barcelona.

?Flash Mob Mou-te pel Voluntariat:
?DIA: 25 de setembre
?HORA: 12h
?LLOC: Plaça Catalunya de Barcelona

Vídeo per assajar la coreografia a casa:http://www.youtube.com/watch?v=mLO7TRXr_8g
?Assajos presencials:
?Divendres 23 de setembre a les 16h
a l’FNAC Triangle de Barcelona

MÉS INFORMACIÓ:
http://voluntaris.cat/actualitat/prepara?t-pel-flash-mob-vine-assajar-la-coreografia

La Federació d’associacions de FM i SFC de Catalunya, col·labora en un estudi grafològic de la UAB

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La direcció del Màster en Grafoanàlisi Europea i Diplomatures de Postgrau de Perit Cal·ligraf Judicial i Peritatge Grafopsicològic, de la Universitat Autònoma Barcelona (UAB) han demanat, a través de la Fundació FF, la nostra col·laboració per un estudi grafològic. La senyora Míriam Valldeperes i el senyor Josep Juan, que ja han acabat el Màster Europeu de grafopsicología i són professors de la UB i de la UAB, estan duent a terme un estudi de recerca sobre aspectes grafològics relacionats amb la fibromiàlgia, un treball d?interès en l?especialitat en Grafística, Grafopatologia i Grafologia Forense de la UAB.

Persones de diverses associacions que formen aquesta Federació, afectades per aquestes simptomatologies, han de contestar escrivint a mà algunes preguntes basades en les dificultats de l?activitat d?escriure (dolor, entumiment, esforç, rigidesa, pressió?) i els fan arribar, sempre que això és possible, mostres escripturals anteriors a la malaltia per poder fer una comparativa de com es degenera l?escriptura a mesura que la malaltia avança.

Nosaltres esperem que l?interès cap a aquestes malalties que demostren tant la senyora Valldeperes com el senyor Juan s?encomani en l?àmbit judicial i es tradueixi en una major comprensió de la nostra problemàtica, que bona falta ens fa.

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By ff2cat? 11 setembre 2011

Alérgicos al wi-fi: la generación de la enfermedad invisible

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Se llama electrosensiblidad y afecta, según estudios independientes, a una de cada mil personas. Enfermos y expertos alertan de que en pocos años la proliferación de nuevas tecnologías la convertirán en una de las grandes enfermedades del siglo XXI.

No es todavía, o al menos según establece la Organización Mundial de Salud, una enfermedad con carácter oficial. La ausencia de estudios impide conocer datos relativos al nivel de incidencia y los efectos sobre la salud de eso que algunos ya conocen y llaman «electrosensibilidad» y que, según estiman los expertos, va camino de convertirse en uno de los grandes males de la llamada «sociedad de la información».

Se sabe más bien poco sobre esta dolencia que aunque parece depender del desarrollo tecnológico lleva varios años sumando afectados. Conocida también por el sobrenombre de «alergia al wifi» -aunque su impacto sobre la salud no depende exclusivamente de redes inalámbricas-, lo que sí se sabe es que se trata de una enfermedad generada por la exposición continuada a campos electromagnéticos y que puede dar lugar a síntomas como la pérdida de la memoria a corto plazo, vómitos, dolores de cabeza, mareos o irritación, que se intensifican cuando el afectado permanece próximo a aparatos eléctricos. Estudios realizados por científicos independientes indican que, a día de hoy, la electrosensibilidad podría afectar a una de cada mil personas, y el Consejo Europeo ya ha advertido sobre los efectos nocivos de este tipo de ondas. [Resolución del Consejo Europeo]

Al margen de nombres que la definan lo cierto es que esta enfermedad invisible, en la que se siente el dolor pero no se ve qué lo provoca, ha comenzado a dar pequeños pasos en su lucha por el reconocimiento. Solo hace algunos meses que Minerva Palomar, electrosensible desde hace 15 años, consiguió que un juez le concediera la incapacidad permanente debido a este problema. Cierto es que hizo falta un extenuante paseíllo por abogados y tribunales para conseguirlo, pero también ha puesto la primera piedra en el camino de una incontable lista de afectados.

Resulta cuando menos curioso que un «alérgico al wifi» se vea obligado a recurrir a Internet como método para conocer las causas de su problema. La desesperación ante un trastorno cuyos síntomas se camuflan con los de enfermedades comunes han forzado a los afectados a tirar la toalla ante una cura que intuyen compleja y a centrarse en la búsqueda de sistemas de prevención. Hay, sin embargo, quienes comparan el mal causado por las radiaciones de aparatos como el router wifi o el teléfono inalámbrico con el generado por sustancias como el tabaco o el amianto. Y no les resulta un paralelismo alarmante.

La generación que viene

Ha empezado, en palabras de enfermos y expertos, la era de una «generación de electrosensibles». «En etapas anteriores no ha habido un contacto tan fuerte con las nuevas tecnologías como ahora. Los niños ya juegan con móviles y tienen wifi en el colegio», alerta José Miguel Rodríguez, director de la empresa de estudios geoambientales Geosanix.

En términos reales, la alergia al wifi es solo una pequeña porción de la tarta de ondas que generan malestar a personas electrosensibles. Yolanda Barbazán es una de las muchas afectadas por la enfermedad invisible que ha querido relatar a ABC cómo el wifi, entre el resto de radiaciones que rodean su vida, ha cambiado para siempre su rutina. «En la oficina me molesta mucho el router, pero no puedo hacer nada porque, según la empresa “es lo que tiene el progreso”.

«Cuando mis compañeros descargan datos me duele mucho la cabeza»Cuando mis compañeros descargan datos me duele mucho la cabeza», explica. Similar es el caso de María Jesús, a quien la radiación desprendida por aparatos eléctricos de cualquier clase le afecta de tal manera que no recuerda un día en que haya estado ajena al dolor: «Mi día a día tiene picos, lo paso mal a mediodía cuando los vecinos ponen la televisión para ver el telediario; también por la tarde, cuando la gente enciende los ordenadores y pone el wifi».

Los efectos de las ondas en quien padece electrosensibilidad se multiplican a medida que permanece expuesto a ellas. «Aunque te empiece afectando el wifi cuando llevas mucho tiempo recibiendo radiaciones te acabará afectando todo: el cableado eléctrico, el teléfono…Llegas a un estado en que tu cuerpo se vuelve extremadamente sensible y notas las ondas que desprende cualquier cosa que lleve un enchufe», cuenta Yolanda, que empezó a encontrarse mal por una antena instalada frente a su casa y ahora siente incluso el inalámbrico del vecino.

Sin medicamentos ni asistencia

Los síntomas generados por la electrosensibilidad son el primer capítulo de la lucha que los afectados libran cada día. Que la enfermedad no se haya reconocido aún por la OMS supone, entre otras consecuencias, la inexistencia de protocolos sanitarios al respecto y una «ignorancia médica» que les lleva a pasar meses e incluso años en un desesperado peregrinaje por consultas y hospitales.

Hay casos, como el de Yolanda, en que los médicos acaban asumiendo que «algo habrán influido esas ondas». En otros, los más comunes, los facultativos se limitan a prescribir paliativos que «no sirven para nada», y en los peores ejemplos se acaba por asociar la electrosensibilidad a un estado de depresión.

«Cuando te convences de que la medicina no resuelve nada, buscas otra solución»Esto se debe, para Alberto Cela, también electrosensible, a que las ondas reducen la producción de serotonina en el cerebro, un antidepresivo natural que si deja de generarse «genera tristeza, cansancio y depresión». Tras 12 años de enfermedad Alberto decidió investigar por su cuenta para reducir los síntomas empleando sus propios medios. No solo lo consiguió, sino que además de haber minimizado sus dolencias ha hecho de su enfermedad su medio de vida, dedicándose a mejorar la habitabilidad de viviendas e intentar liberarlas de radiaciones. «Cuando te convences de que la medicina convencional no sirve de nada buscas otras soluciones, como proteger tu casa con materiales especializados, modificar algunas costumbrees o desprenderte de varios aparatos». Él utiliza solo el teléfono fijo y casi no enciende el ordenador.
Joaquim Fernández Solá es el único médico que diagnostica la enfermedad en España. Lo hace en el Hospital Clínic de Barcelona, al que acuden pacientes cansados del tour por especialistas y de unos síntomas generados quién sabe por qué. «La tendencia en medicina cuando hay una nueva enfermedad es no aceptarla y pensar que es cosa del paciente, que se la ha inventado». Solá no ve «estrictamente» necesario que la OMS decida que la electrosensibilidad es una enfermedad para tratarla como tal: «Tendemos a pensar que es culpa de la OMS, pero la realidad es que ni los médicos, ni el Gobierno, ni muchísimo menos la Industria tienen interés en investigar este problema».

David contra Goliat

A día de hoy, enfermos y especialistas coinciden en que si en algo puede avanzarse es en la creación de mecanismos de prevención. A María Jesús, como a otros muchos, solo le ha quedado la opción de proteger su cuerpo como una tortuga, con un caparazón de malla metálica que bloquea «más o menos» los efectos de las ondas.

«Los enfermos están librando una guerra parcialmente perdida», considera Francisco Canals, director de la Agencia para la Picaresca en Internet. «Se lograrán cosas importantes como que la enfermedad sea reconocida, de ahí surgirán protocolos médicos y los pacientes optarán a bajas laborales y a un tratamiento más efectivo, pero nada más allá de eso. Es una guerra imposible en la que hay mucho miedo en diversos frentes».

La sentencia que ha otorgado la incapacidad laboral permanente a Minerva Palomar ha sido para muchos un clavo ardiendo al que agarrarse tras años de permanente lucha. Otros afectados, como Alberto, prefieren mantenerse escépticos ante el logro: «No es lo ideal alegrarse porque un juez te dé la razón en los tribunales, estamos pidiendo que un médico nos diagnostique, como a un enfermo cualquiera y nada más».

El ejemplo sueco

I. Zamora

Pacientes electrosensibles y expertos españoles ven en Suecia el paraíso en el que esta enfermedad dejaría de ser algo extraño. Se trata del primer país que ha reconocido la electrosensibilidad como enfermedad y en consecuencia como causa de baja laboral. No solo no ha hecho falta un pronunciamiento por parte de la OMS para conseguir el logro, sino que el Parlamento Europeo ya ha solicitado a todos los estados miembros seguir los pasos de Suecia y reconocer la electrosensibilidad del modo que merece.
La legislación sueca ha calificado la electrosensibilidad como motivo de discapacidad y ya se están dando los primeros pasos en países como Alemania o Inglaterra para minimizar los efectos de las ondas. «En Suecia hay tratamientos especializados para aquellos que padecen electrosensibilidad, hay protocolos específicos y normas que impiden la colocación de antenas allí donde puedan afectar a la salud pública», indica José Miguel Rodríguez, de Geosanix. Es el paraíso soñado para la generación de electrosensibles, el que esperan que algún día llegue a España.

FARMACÉUTICAS. Un fallo inédito condena a Bayer por los efectos de un medicamento

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Flavio Rein inició juicio contra la farmacéutica Bayer tras sufrir serias discapacidades al mes de iniciar un tratamiento con Lipobay, recetado contra el colesterol. La Justicia falló a su favor una indemnización.

Flavio Rein le ganó el juicio al gigante farmacéutico Bayer; lo había entablado por las discapacidades que, en 1998, le ocasionó el medicamento Lipobay (cerivastatina), posteriormente prohibido en el mundo. La jueza Liliana Pérez hizo valer la Ley de Defensa del Consumidor y desestimó que los “riesgos de desarrollo” ?efectos perjudiciales que sólo se advierten cuando el medicamento ya está en el mercado? puedan eximir de responsabilidad al laboratorio. Bayer ya apeló la sentencia, y anunció que recurrirá a las más altas instancias judiciales porque “negamos toda relación de causalidad” entre su medicamento y la discapacidad de Rein. Él, por su parte, insiste en destacar que el prospecto del remedio, en la Argentina, no mencionaba los riesgos que sí señalaba el prospecto en otros países y de los cuales él fue víctima. El fallo es inédito, ya que demandas anteriores siempre se resolvieron mediante acuerdos entre Bayer y los demandantes, de modo que la empresa no llegaba a reconocer explícitamente que su producto pudiera causar daños. Pero Rein se negó a pactar: “Estoy pobre, lastimado y enfermo, pero la dignidad no me la pudieron tocar”. En septiembre de 1998, tras unos análisis que indicaban niveles muy altos de colesterol, un cardiólogo le recetó a Flavio Rein, que entonces tenía 41 años, el medicamento Lipobay, nombre comercial de la cerivastatina. A los pocos días, Rein empezó a sentirse cada vez más débil y una mañana, cuando se despertó, “no veía nada con el ojo izquierdo”, recuerda. Le diagnosticaron rabdomiolisis, enfermedad que ataca los tejidos musculares. Rein le entabló juicio a Bayer pero, a diferencia de otros casos donde los querellantes aceptaron acuerdos con esta empresa, él quiso seguir hasta el final.

“Efectos adversos”

La jueza Liliana Pérez ?a cargo del Juzgado 13 en lo Civil y Comercial? falló que “resultan suficientemente acreditados los efectos adversos que provocó la droga cerivstatina contenida en el medicamento Lipobay. A su vez, quedó demostrada la relación causal de los daños que presenta el actor, que aparecen mencionados en el prospecto de Lipobay y de Baycol (nombre del medicamento en otros países), sin que fuera desvirtuada por prueba alguna de la demandada”. La magistrada ?que tomó en cuenta los peritajes incluidos en la causa? hizo valer la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor argentina, según la cual “las cosas y servicios deben ser suministrados o prestados de forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales de uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad física de los consumidores o usuarios”. El fallo destaca que “los consumidores tienen derecho a la protección de su salud, seguridad, intereses económicos y a una información adecuada y veraz” y que es “de imprescindible respeto y cumplimiento el deber de información al consumidor de productos farmacológicos”.

Decreto mesurado

Patricia Venegas, abogada de Rein, consideró que “el fallo de la jueza Pérez es mesuradísimo y jurídicamente impecable. El señor Rein viene luchando desde hace muchos años, y yo creo que a una empresa de la categoría de Bayer le concierne una responsabilidad social que no ha cumplido”. Venegas subrayó que “el prospecto que el mismo medicamento tenía en Estados Unidos era mucho más extenso que el de la Argentina: todos los males que Rein padeció estaban advertidos en el prospecto norteamericano y no en el argentino”. En cambio, Luciano Viglione, director de Relaciones Institucionales de Bayer, subrayó que “ya hemos apelado el fallo porque consideramos que no hay relación de causalidad” entre las discapacidades de Rein y la administración de Lipobay. El representante de Bayer recordó que “hubo otras demandas en las que llegamos a acuerdos”, que es a lo que se negó Rein. Viglione anticipó que “en este juicio vamos a seguir hasta donde la Justicia lo permita”. ?Por?Pedro Lipcovich

Coordinación contra los peligros de Bayer: CBGnetwork@aol.com www.CBGnetwork.org

(la Coordinadora vigila a la multinacional Bayer y coordina actividades contra la violación de derechos humanos y medioambientales por parte de la compañía farmacéutica)

Pedro Lipcovich

Ejercicios en el agua

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Los ejercicios en agua temperada alivian ciertas dolencias y enfermedades, como por ejemplo, la fibromialgia, en la que hay dolor prolongado y sensibilidad en las articulaciones.

Antes de poner en práctica cualquier plan de trabajo debemos asegurarnos de que el paciente tiene la autorización de su médico, señaló Rossana Acevedo (*), del Instituto Randall.

Cada paciente es un caso distinto, pero se ha demostrado que el ejercicio físico es, junto con el tratamiento con antidepresivos, infiltraciones y terapias psicológicas, la mejor forma de aliviar los síntomas que acompañan a la fibromialgia, con dolor prolongado y sensibilidad en las articulaciones y los músculos.

No todos los pacientes están preparados para el trabajo continuado y sería ideal diseñarles un programa personalizado de hidroterapia, comenzando con uno de muy baja intensidad: caminata en el agua sin elementos, y poca duración, unos 10 a 15 minutos en las primeras sesiones, y aumentar progresivamente. Un programa adecuado de ejercicios para un afectado de fibromialgia debe incluir un precalentamiento de 5 minutos, una parte principal de la clase de ejercicio aeróbico moderado, acompañando con trabajo de fortalecimiento muscular localizado. Finaliza con una secuencia de relajación, que contemple una serie de estiramientos (sin llegar al límite) de piernas, brazos y tronco, muy bien dirigidos.

Esto es esencial para reducir el dolor y la rigidez. Cada sesión de ejercicios debe culminar con un reposo en silencio y relajación, donde la respiración correcta y profunda adquiere gran importancia.

Mejor evitar

El paciente debe evitar saunas o duchas frías, cambios bruscos de temperatura hasta la normalización absoluta de la frecuencia cardíaca.

(*) Instructora de ejercicios aeróbicos y pilates, especializada en ejercicios acuáticos por la Aquatic Exercise Asociation, de USA.

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