Un reciente estudio, publicado por el Colegio Americano de Reumatología, aporta nuevas pistas que demuestran que el dolor que perciben los afectados por Fibromiálgia FM, tiene razones bioquímicas que los justifican.
Así se desprende del estudio “Fibromyalgia and the Brain: New Clues Reveal How Pain and Therapies are Processed” realizado por Ann Arbor, de Michigan – Washington-, presentado esta semana en el colegio de reumatólogos, en su reunión anual.
Los reumatólogos, mayoritariamente, desconfían de la base biológica de esta enfermedad, alegando no encontrar causas que justifiquen la razón del dolor, pese a los múltiples estudios que orientan hacia ello. Muchos de ellos siguen entendiendo las manifestaciones de la fibromialgia como trastornos más orientados a percepciones subjetivas y psicosomáticas.
El presente trabajo presentado, determina posibles causas mediante el estudio del flujo circulatorio cerebral realizado a dieciocho pacientes diagnosticados de FM. El estudio se realizo mediante resonancia magnética funcional tras un estímulo doloroso.
Recordemos que existen estudios previos, realizados por el Dr. Harris, indicando que los pacientes con fibromialgia tienen mayor sensibilidad y respuesta a los estímulos de temperatura, el tacto y a la presión, percibiendo por ello más dolor, sugiriendo que la causa pudiera ser por un problema con el procesamiento del dolor. También en otros estudios previos el Dr. Harris, Disminución de la central μ-receptores opioides disponibilidad en Fibromialgia demostró que las personas con fibromialgia producen una mayor cantidad de péptidos opioides endógenos (conocidos como endorfinas) que alivian el dolor actuando sobre los receptores opioides μ-del cerebro que reducen el dolor de un modo natural.
El presente estudio trató de determinar si estos dos factores, la función alterada de los receptores μ-opioides y la respuesta cerebral al dolor mayor, en realidad ocurren simultáneamente en el mismo grupo de personas con fibromialgia – y dentro de las mismas regiones del cerebro.
En sus conclusiones se extrae que existe una fuerte relación negativa entre la respuesta del cerebro al dolor y la disponibilidad de unión de receptores μ-opioides (a menor disponibilidad de unión al receptor la mayor respuesta cerebral al dolor). También se observó una correlación positiva en la corteza prefrontal dorsolateral derecha (una región cerebral de prevención del dolor clásico).
Por primera vez, este estudio muestra que la unión al receptor μ-opioide está estrechamente asociado con la respuesta del cerebro al dolor en la fibromialgia. Los datos llevan a especular a los investigadores que algunas personas con fibromialgia pueden tener una regulación a la baja o disminución de la actividad de los receptores opioides que pueden exagerar la sensibilidad al dolor. Por otra parte, estos mismos individuos tienden a no beneficiarse de los medicamentos opioides ya que pueden tener menos receptores en funcionamiento.
Curiosamente este estudio fue realizado por un financiamiento proporcionado por el Instituto Nacional de Salud y el Departamento de Defensa. Lo curioso de ello es que recientemente se publicó un informe realizado por Kelly Kennedy “Los veteranos de la Guerra del Golfo muestran nuevos síntomas de enfermedad”, la cual la describen como una enfermedad crónica multisintomática, que fue denominada “síndrome de la guerra del Golfo” según el informe del instituto de Medicina, con la única condición añadida a su relación con dicha guerra, de que mostraran al menos dos de las seis categorías de síntomas relacionados con: manifestaciones de fatiga crónica, decaimiento del estado de ánimo y cognición, problemas musculo-esquelético, problemas gastrointestinales, dificultades respiratorias y problemas neurológicos, por un periodo superior a seis meses. Este hecho ya ha sido comentado en más de una ocasión a raíz de las publicaciones oficiales de los veteranos de guerra, sobre enfermedades inexplicables