El centro médico jerezano es el primero de Andalucía en acoger formación de reiki para sus trabajadores
Personal del Hospital de Jerez asiste a cursos de esta terapia natural
Más de cien profesionales del Hospital de Jerez se han apuntado a recibir un curso de reiki, una técnica de origen tibetano que se está abriendo paso en España. Es la primera vez que un centro hospitalario andaluz acoge este tipo de formación para sus trabajadores y la experiencia está resultando altamente positiva según su instructor, Pepelu Sánchez.
«Es muy importante el apoyo que nos ha prestado la gerencia del hospital», explicó el maestro de reiki, que recordó que la iniciativa y la coordinación de los cursos corre a cargo del Sindicato de Auxiliares de Enfermería, en concreto, de Fátima Márquez y Lucía Romero. Así, en sesiones de varias horas los viernes por la tarde y los sábados por la mañana grupos reducidos de trabajadores sanitarios reciben iniciación a esta técnica de canalización de la energía a través de la imposición de manos.
«El reiki permite liberar tensiones, bloqueos y problemas físicos, mentales, emocionales, sentimentales y espirituales», detalló Sánchez. Entre otras cosas, esta técnica está recomendada para procesos post operatorios, cuadros de ansiedad, adicciones, infecciones, lesiones óseas y musculares. De todas formas, según el maestro de reiki «se puede utilizar prácticamente para todo y no sólo para las personas enfermas». Para desterrar temores, Sánchez destacó que el reiki es una técnica que ya se practica con terapeutas en hospitales de tanta importancia como la Clínica Anderson de Houston, especializado en el tratamiento del cáncer.
Seguimiento
Una segunda fase de esta experiencia piloto pasa por crear un foro de seguimiento. «Los cursos acaban en mayo por lo que después del verano queremos realizar un estudio de los pacientes que hayan recibido reiki. Está siendo una revolución en el hospital», aseguró. Sánchez, cuya profesión no está relacionada con la salud, insiste en que «no consiste en quitar el tratamiento médico a nadie ni en poner otras mediaciones diferentes. Tampoco hacemos que la gente crea en Cristo, en Buda o en Alá».
Para Sánchez, el reiki «es complementario al sistema sanitario tradicional». De ahí a que la asociación de la que es vicepresidente (Asociación de Servicio Reiki, de cobertura nacional) trabaje por la inclusión de esta técnica en el ámbito académico del personal sanitario. «Los primeros consumidores de terapias de reiki fueron personas de clases sociales altas y, afortunadamente, ahora se está empezando a generalizar».
La idea de llevar la formación en reiki hasta el hospital surgió a principios del pasado año, cuando se dedicó una conferencia a los efectos beneficiosos de la energía en el marco de unas jornadas sobre cuidados paliativos en Oncología. Tras este primer acercamiento, se celebró un ciclo de conferencias específicas sobre esta técnica en el hospital que han posibilitado que ahora se desarrollen los cursos formación.
Aplicación
Pepelu Sánchez defiende la aplicación práctica del reiki en el sistema sanitario español: «Es una terapia sencilla, que apenas tiene costes y que se puede utilizar en cualquier servicio hospitalario y tratamiento. No tiene efectos secundarios ni contraindicaciones ni depende de las creencias personales». Cita algunos ejemplos de su eficacia: «Se puede quitar una una jaqueca en diez minutos», asegura el profesor.
Además de los cursos que imparte en el Hospital de Jerez, Sánchez forma también a una treintena de trabajadores de Upace. La iniciación al reiki no tiene límites de edad por lo que se puede empezar en la infancia y, según sus seguidores, permanece para toda la vida. Lo ideal es trabajar con grupos de pocos alumnos ya que «se crea un ambiente más cercano e íntimo. La gente habla de ciertas cosas en círculos reducidos que no comentaría si hubiera delante más compañeros», aseguró el instructor tras su larga experiencia.
Además de la Clínica Anderson, en Houston, el reiki ya se trabaja en otros centros sanitarios españoles como el Hospital de Mataró (Barcelona), el 12 de Octubre y el Ramón y Cajal (ambos en Madrid).