MATUCHA GARCÍA Consuelo Muñoz, es la presidenta de APAFIMA, la Asociación de Pacientes de Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Química Múltiple
-¿Qué tienen en común estas enfermedades y cuántas personas las padecen?
Se trata de tres ramas de un mismo tronco y la mayoría de los enfermos padecemos dos o tres de ellas. Se denominan enfermedades de sensibilización central. Las últimas investigaciones indican que existe una propensión genética y también un problema en la respiración celular. Se estima que el 9% de la población padece alguna de estas tres patologías y no lo sabe.
-¿Y qué consecuencias y síntomas tienen?
Tienen síntomas en común, pero podría decirse que en la fibromialgia predomina más el dolor; en la fatiga crónica como su nombre indica la fatiga y la confusión mental, es decir, la capacidad de memorización inmediata y concentración; y, en la sensibilidad química, la mayor intolerancia a los químicos, como los detergentes, las colonias, los insecticidas lo que produce vómitos, asfixia o picor en la piel. La persona multiplica mucho más la dolencia, el dolor, que otra persona. Puede afectar a la vida familiar y laboral del individuo. La detección precoz es fundamental. Hasta hace muy poco se tardaba entre diez y quince años en diagnosticarse.
-¿Cuáles serían entonces esos síntomas ante los que alertarse?
En fibromialgia se trata de un dolor persistente de más de tres meses de duración que emigra, que cambia de un lado a otro. Pueden doler muchas partes del cuerpo pero las más frecuentes son el cuello y los hombros. Hay una mala calidad del sueño, te despiertas durante la noche, tardas en dormirte, de forma que por la mañana estás aún más cansado y con más dolor. La niebla mental es otro de los síntomas, es como una nube, de repente te quedas sin saber pronunciar una frase, como una ausencia. Con el síndrome de fatiga crónica simplemente quitar la mesa te exige pararte un buen rato.
-¿Cuál es el perfil de la persona que padece estas dolencias?
Mayoritariamente es una mujer de entre 30 a 60 años, aunque el 10% de los enfermos son hombres.
-La sombra de la duda sobrevuela esta enfermedad…
Hay mucha incultura y es difícil luchar contra esa incultura. Hay médicos que aún no tienen siquiera la formación, ya que estas enfermedades se definieron en la década de los 80 y los 90. Antes la fibromialgia ocupaba tres renglones en la carrera y se consideraba que era una enfermedad de mujeres menopaúsicas histéricas. Ahora los médicos están más formados y, además, es políticamente incorrecto decir que son enfermedades de la imaginación. La evidencia científica es mucha ya.