Los ejercicios en agua temperada alivian ciertas dolencias y enfermedades, como por ejemplo, la fibromialgia, en la que hay dolor prolongado y sensibilidad en las articulaciones.
Antes de poner en práctica cualquier plan de trabajo debemos asegurarnos de que el paciente tiene la autorización de su médico, señaló Rossana Acevedo (*), del Instituto Randall.
Cada paciente es un caso distinto, pero se ha demostrado que el ejercicio físico es, junto con el tratamiento con antidepresivos, infiltraciones y terapias psicológicas, la mejor forma de aliviar los síntomas que acompañan a la fibromialgia, con dolor prolongado y sensibilidad en las articulaciones y los músculos.
No todos los pacientes están preparados para el trabajo continuado y sería ideal diseñarles un programa personalizado de hidroterapia, comenzando con uno de muy baja intensidad: caminata en el agua sin elementos, y poca duración, unos 10 a 15 minutos en las primeras sesiones, y aumentar progresivamente. Un programa adecuado de ejercicios para un afectado de fibromialgia debe incluir un precalentamiento de 5 minutos, una parte principal de la clase de ejercicio aeróbico moderado, acompañando con trabajo de fortalecimiento muscular localizado. Finaliza con una secuencia de relajación, que contemple una serie de estiramientos (sin llegar al límite) de piernas, brazos y tronco, muy bien dirigidos.
Esto es esencial para reducir el dolor y la rigidez. Cada sesión de ejercicios debe culminar con un reposo en silencio y relajación, donde la respiración correcta y profunda adquiere gran importancia.
Mejor evitar
El paciente debe evitar saunas o duchas frías, cambios bruscos de temperatura hasta la normalización absoluta de la frecuencia cardíaca.
(*) Instructora de ejercicios aeróbicos y pilates, especializada en ejercicios acuáticos por la Aquatic Exercise Asociation, de USA.