MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) –
Una investigación del Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León ha evidenciado los beneficios del ejercicio físico en pacientes con fibromialgia, que se traduce en mejoras de la autoestima y en la reducción de la severidad de la patología.
“Los datos del estudio confirman que la actividad física se relaciona con respuestas positivas tanto en la capacidad funcional como en el estado psicológico”, asegura la presidenta de la Federación Española de Psicología de la Actividad Física y el Deporte y coordinadora de la investigación, Sara Márquez, en una información de la Plataforma SINC recogida por Europa Press.
En el estudio, que se publica en ‘Rheumatology International’, han participado 28 mujeres diagnosticadas de fibromialgia, que se randomizaron en un grupo control y un grupo que durante 12 semanas desarrolló un programa de ejercicio físico.
En concreto, el protocolo suponía sesiones de trabajo de 60 minutos que incluían ejercicios aeróbicos, de fuerza y estiramientos. Por su parte, la severidad de la enfermedad se valoró a través del Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ).
Como indicadores para medir los beneficios generados en los pacientes se utilizaron la autoestima y el autoconcepto, así como la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), concepto que hace referencia a componentes físico, psicológico y social de la salud, entendidos como áreas diferenciadas e influenciadas por las experiencias, creencias, percepciones y expectativas de las personas.
Los datos obtenidos pusieron de manifiesto que en comparación al grupo control, en los pacientes que desarrollaron el programa de ejercicio se producían mejoras en el FIQ y en la fuerza isométrica, la resistencia muscular y la flexibilidad.
Además, mejoraron la autoestima y el autoconcepto, así como diversos componentes de la CVRS medida a través del cuestionario SF-36, incluyendo la función física, el rol físico, el dolor corporal, la vitalidad el rol emocional y la función social
En este sentido, las mejoras en autoestima y autoconcepto correlacionaban significativamente con las puntuaciones en el FIQ y con las mejoras en la escala de salud mental y en el componente mental del SF-36.
Esta realidad, confirma, según los investigadores, la relevancia de la autoestima/autoconcepto como dimensiones parcialmente independientes de la salud mental y apunta la posibilidad de que las autopercepciones puedan moderar la relación entre distrés psicológico y FIQ en pacientes con fibromialgia.