Afganistán. Postales desde el Eje del Mal

Desde el año 2002 dos redactores de esta revista, Brigitte Vasallo y Sàgar Malé se intercambian correos electrónicos sobre sus viajes a países como Marruecos, Turquía, Afganistán o Palestina. Este articulo recoge y reelabora algunos de los sms y e-mails enviados que Sàgar fue mandando a Brigitte desde Afganistán.

 

POSTAL 1: PESHAWAR Y LOS LADRILLOS. Kabul, Abril 2002

SMS- Peshawar, refugiados afganos sobredestrozan su destrozada vida fabricando ladrillos

E-MAIL

Hola Brigitte

Me dirijo a Afganistán cuatro meses después de la caída de los talibanes. Pero antes he parado en Peshawar, la “capital pakistaní de los refugiados afganos”. Un montón de viejos camiones y de abollados vehículos van sobrecargados de personas en dirección a Afganistán. Sueñan en un país que supuestamente ya ha abandonado una guerra de casi 30 años. En realidad van a un país en ruinas que no tendrá capacidad de absorberlos. Piensan que al menos no van a formar parte de esa especie de prótesis molesta y rechazada para una gran ciudad como es un campo de refugiados, una ciudad paralela pero provisional con sus calles y sus casas de polvo y barro, a veces simplemente de lona y logos de Naciones Unidas. Unas calles y unas casas no muy distintas, quizás mejores, a las que se encontrarán en su país.

La guerra no son sólo ejércitos y armas. También forman parte de la guerra esos campos de personas refugiadas, desarraigadas, rechazadas y obligadas a todo tipo de trabajos forzados para sustentarse complementando la insuficiente ayuda de las agencias internacionales. Al igual que esas familias enteras que hemos visitado en las que, desde las niñas a los viejos, destrozan su cuerpo amasando barro para cocer ladrillos. Ladrillos que levantan casas a veces de barrios lujosísimos. O tejiendo alfombras que se venderán en lujosísimos bazares, pagándoles 1.000 rupias cada metro (100 euros), tejiendo 6 metros en 2 meses en sus jornadas de 7 días semanales a 12 horas diarias…

POSTAL 2: KABUL, HOW ARE YOU? Kabul, Abril 2002

SMS: Desde las ruinas de Kabul aparecen niños gritando: how are you?

E-MAIL

Desde el avión de Naciones Unidas, el Kabul de la guerra nos recibe con un  aeropuerto lleno de cacharrería bélica esparcida. Kabul es la imagen de la guerra putamente real. Un paisaje en ruinas, una ciudad en la que no queda ni una pared sin metralla, en la que barrios enteros son solamente escombros. Un mar de esqueletos de postes eléctricos que anteriormente alimentaban una ciudad ahora sin luz. Un Palacio Real desmenuzado nos habla de la brutal artillería pesada que se usó.

Y Kabul es sobretodo una ciudad en la que no queda ni una persona sin drama.

En esa ciudad, imagen de la desgracia del país, hay varios millones de personas viviendo desde hace 30 años bajo el azote todo tipo de bestias de la guerra. Los más devastadores fueron los muyaidines que en los años 90, en guerra interna de facciones y dominando barrios cometieron las atrocidades más increíbles (violaciones masivas, piel arrancada, clavos en la cabeza, personas hervidas…). También los talibanes o los soviéticos cuando invadieron el país contribuyeron a convertir esta ciudad en un parque temático de los crímenes de guerra.

Visitamos la antigua Embajada Rusa, un conjunto de edificios convertido en un campo de refugiados del valle de Shamoli en el Norte. Hace más de tres años, algunos fueron masacrados, otros fueron expulsados y trasladados aquí con la promesa que en pocas semanas volverían. Sus habitantes nos acompañan queriéndonos enseñar todos los rincones de este laberinto de esqueletos de edificios, bombardeados, sin paredes ni puertas, con sombras de humo negro por todas partes. Está lleno familias enteras sentadas en todos los rincones, mayores o niños con el alma destrozada después de tantos años sin poder hacer nada más que sobrevivir, dormir en el suelo, esperar algún camión de ayuda humanitaria, o recoger restos de comida casi inexistente en montones de basura y hervir sopas de casi nada para hacerse la idea de que comen. Nos cuentan que a algunas familias les robaron y revendieron las cartillas de racionamiento y otras las perdieron, y ahora no tienen derecho ni a su ración de ayuda exterior de Naciones Unidas. Algunas de estas  “naciones” tan unidas contribuyeron al expolio y a la destrucción  de Afganistán apoyando sus criminales, y ahora alardean de “ayudar”, mas que de “devolver la deuda” de esa destrucción y de ese expolio.

A pesar de todo, decenas de niños y niñas nos saludan a nuestro paso alucinados por la presencia de extranjeros: “How are you?”. Es impresionante. En esta ciudad han pasado regimenes de absoluta represión social donde absolutamente todo era pecado, incluso jugar a cometas o pasearse solas las mujeres. Han pasado guerras fulminantes, se han intentado imponer gobiernos externos… Para los afganos y las afganas este es un país nuevo, desconocido, un país que aún no saben como afrontar, es como una página en blanco, como un libro abierto. En esos momentos, y tal vez sólo en estos momentos, viven en un espacio de libertad que nunca antes habían experimentado y que probablemente durará poco.

POSTAL 3: FLORES. Kabul, agosto 2003

SMS: Flores podridas, flores frescas, al pasado y el futuro de las mujeres afganas

Hola Brigitte:

He estado con un grupo de mujeres y niñas de un curso de alfabetización. Realizaban un ejercicio de terapia. La profesora les ha pedido que hicieran dos dibujos sobre su vida, uno de su pasado y uno de su futuro. En sus trazos esas mujeres mostraban sus miedos, sus concepciones y sus aspiraciones. Casi todas dibujaban flores. La mayor parte de ellas hablaba de un pasado oscuro y dibujaba su pasado con flores podridas, un pasado donde todo el mundo marchó y las flores murieron sin ser regadas. Su futuro lo ven con flores frescas.

Había algunas que dibujaban manos cortadas sangrando, casas destruidas con cuerpos hechos pedazos alrededor, mujeres vestidas con burcas y con los brazos amputados, e incluso misiles que han caído contra unas flores muertas. Una de ellas no pudo reprimir el llanto al contar su dibujo: un misil dirigiéndose a su casa. Era el recuerdo de su retorno de Irán encontrándose toda la casa destrozada y con amigos y familiares muertos o heridos.

Recuerdo un dibujo de una enorme mesa, con una taza de café y un pequeño hombre sentado. Para ella el pasado era la sensación de tristeza de un hombre que estaba completamente solo tomando café, porque todo el mundo había huido a causa de la guerra. Otro dibujo que recuerdo era tan simple como una cabeza dentro de una caja, que para la mujer era la ignorancia de épocas en las que nadie podía estudiar ni hacer vida normal. También recuerdo un dibujo sobre el futuro, con una mujer sin velo. Esta mujer deseaba que en un futuro ir con velo no fuera obligatorio y que las mujeres tuvieran una oportunidad de ser libres.

 

POSTAL 4: VERDUGOS Y VÍCTIMAS. Mazar-e-Sharif, febrero 2004

SMS: ¿Sabías que el burca es un signo de libertad?

E-MAIL

Hola Brigitte:

Estoy en la provincia de Mazar-e-Sharif, la capital norte de Afganistán. Ya te he contado muchas veces que tenemos una imagen simplificada de un Afganistán destrozado por unos extremistas puritanos como son los talibanes sin saber que en realidad este país lleva casi 30 años viviendo críminales de guerra de todo tipo, muyaidines, soviéticos, talibanes, e incluso americanos. Ahora, que se supone que ha acabado la guerra y ha iniciado una transición democrática, estos criminales dominan la mayor parte de provincias en una especie de sistema feudal con ejércitos propios y son llamados los ”Señores de la Guerra”. También dominan las carteras del poder en el parlamento o en el gobierno. Por un lado están los históricos verdugos paseándose impunemente por el país. Por otro lado las víctimas nunca recompensadas ni reconocidas.

La presencia de los verdugos está por todas partes. Un día nos acercamos a un pueblo llamado Shibergan, controlado por uno de los mayores carniceros históricos llamado Dostum. Estaban celebrando un forzado homenaje a él. La población no tenía otra opción que participar en los discursos, los conciertos y los bailes en el estadio de fútbol y todo resultaba una patética fiesta de fantasmas, de gente forzada a actuar contra su voluntad. Otro día visitamos a uno de sus actuales rivales en Mazar-e-Sharif Mohammed Atta en su oficina como gobernador de la zona. Creía que estaba recibiendo a una “comisión europea de derechos humanos” y sus respuestas eran cínicamente amables y conciliadoras, destapando solo su piel de lobo cuando contestaba tonterías como ésta: “¿por qué todas las mujeres van aún con burca? Es un símbolo de libertad, una prueba que las mujeres pueden elegir el vestuario que les apetezca.”

Al otro lado están las victimas, víctimas de todo tipo de verdugos. Hemos estado viendo víctimas de todo tipo. Por ejemplo visitamos un pueblo de etnia hazara (de origen mongol y normalmente musulmanes chiitas) muy atacada por los talibanes de étnia pastún. Un grupo de mujeres vestidas de negro y con el alma eternamente de luto nos contaban algunas de tantas historias de calamidades humanas: “cuando llegaron los talibanes a mi pueblo por primera vez, tomaron a mi marido y lo asesinaron fuera de casa. También asesinaron a mi hermano cuando trabajaba en el campo. A sus hermanos los ataron espalda con espalda, los trasladaron al aeropuerto y allí los mataron.

 

POSTAL 5: EL 11 DE SEPTIEMBRE. Now Bloque (Samangon), agosto 2003

SMS: Afganos perdidos en el pueblo más oculto del mundo sabían antes que nadie quien fue el autor del 11-S

E-MAIL

Hola Brigitte:

Hace días que no recibes ni sms ni mails porque he estado viviendo una aventura perdido en uno de los rincones más aislados del planeta, Now Bloque. Nuestro vehiculo quedó bloqueado a medio camino al anochecer y tuvimos que desplazarnos por un infernal camino en pendiente durante horas con el riesgo a ser atacados por perros salvajes o lobos. Now Bloque es un pueblo clavado en las rocas de las montañas cercanas de Samangon, sin servicios ni comunicaciones, en el que la gente vive de lo que existe en su entorno, agua, patatas, excepcionalmente alguna cabra o algún pollo. Si aún existe una carretera que da a ese pueblo creo que debe ser para transportar alfombras, ese esclavismo contemporáneo que ya vimos en los refugiados de Peshawar, y única fuente de ingresos de las familias para sobrevivir. No existe cobertura médica (o sencillamente alguien que sea médico en la zona), y muchas personas caen inmediatamente cuando tienen una enfermedad. La primera escuela  de la región fue la que pusimos en marcha con nuestra asociación.

En Now Bloque sólo tienen burros como medio de transporte y no hay ningún medio de comunicación. Pero tienen radios, y a veces las noticias les llegan rápido y se interpretan de forma más lúcida que en nuestra cómoda Europa. Un día nos reunimos con los ancianos del pueblo y se me ocurrió preguntarles cómo les había llegado la noticia y cómo habían vivido el 11 de septiembre.

El 11 de septiembre nos pusimos muy contentos

Pero, ¿cómo os enterasteis de lo que ocurrió?

Escuché la noticia por la radio y rápidamente convoqué la gente del pueblo. Les dije que había una buena noticia para nosotros. Una gran desgracia había ocurrido en América y mucha gente había muerto, y había sido obra de Bin Laden. Así que teníamos que estar contentos puesto que seguro que los americanos vendrían a expulsar a los talibanes y a Bin Laden, nuestro entorno cambiaria y volveríamos a tener una vida normal sin los talibanes.

¿Y las imágenes de las torres gemelas cayendo como las visteis?

No sé de que imágenes me hablas.

 

POSTAL 6: El Museo de los Criminales, noviembre 2006

SMS: En Herat la barbarie se ha convertido en tema de Museo.

E-MAIL:

Hola Brigitte:

Estoy en Herat, la capital Oeste de Afganistán, la gran ciudad afgana de la cultura persa, la Perla de Jorasan, la de los grandes monumentos, importante epicentro musical… Antes que las guerras destruyeran su vida y su cultura. Esta ciudad, esta región están controladas por una de esas bestias armadas de las que hablo a menudo, un Señor de la Guerra llamado Ismaíl Jan. Con su pasado de crímenes ahora es ministro del gobierno afgano.

Actualmente en Herat se está construyendo un monumento para honorar los criminales, el llamado “Museo de la Yihad” (esta palabra tomada del Islam que cualquier bestia de la guerra la utiliza a su interés). En él se honora como héroes a todos que lucharon contra la invasión de los soviéticos, los mismos que a su retirada se enzarzaron en una lucha de guerrillas y cometieron todo tipo de atrocidades contra la propia población afgana convirtiéndose en una panda de criminales. La organización de derechos humanos Human Rights Watch ha publicado un escalofriante informe sobre sus “hazañas bélicas”  contra la población afgana. El edificio circular lleva sentencias del Corán en el exterior y una enorme terraza rodeada de todo tipo de chatarrería bélica (máquinas de asesinar), y por dentro un pasillo con figuras a tamaño natural con “héroes” batallando o sangrando, y salas que son un enorme y siniestro baúl de recuerdos con vitrinas llenas fotos, objetos y más fotos, recuerdos de “entrañable nostalgia”.

Sabes bien que siempre me ha horrorizado que se conserven más cañones que molinos, y que abunden más museos militares que museos de juguetes. Aquí en Afganistán después de la expulsión de los talibanes, se ha legitimado internacionalmente la impunidad con un proceso de paz (la llamada Conferencia de Bonn) que bajo la consigna de la “no intervención en asuntos internos” se ha dado carta libre a que los criminales del pasado sean la clase política actual. Los Estados Unidos entraron en Afganistán por tierra con la ayuda de estos Señores de la Guerra y estos ahora piden sus carteras de poder. Las víctimas de todas esas guerras, a miles, continuaran pudriéndose en su anonimato sin que reciban ni siquiera ayuda para sobrevivir con sus piernas de prótesis o sus maridos o sus hijos muertos.

 

POSTAL 7: KABUL-DUBAI, noviembre 2008

Vuelvo a Barcelona a través de Dubai y visito por curiosidad la ciudad puente entre Oriente y Occidente. Desde la playa contemplo la ciudad por la noche. Dubai es la perversidad del lujo y de despilfarro. Incontables rascacielos que parecen no tener fin vomitan miles de kw de luz robados de quien sabe qué rincón del mundo. Centenares de coches lujosos cruzan sin cesar unos pocos kilómetros de ciudad, de país,  devorando el petróleo que devora los países en inacabables guerras. Centenares de centros comerciales mostrando el decadente espectáculo de miles de botellas de carísimo perfume, e inmensos acuarios prefabricados. La imagen de una sociedad que pervertidamente despilfarra los recursos sobre una civilización devorada por el saqueo, la injusticia y la muerte de la dignidad humana. No puedo quitarme de la cabeza, como atormentadores flashes, las imágenes vistas en Afganistán.

 

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