Cada persona tiene en su interior, desde su nacimiento, un preciso mecanismo de alerta que se va afinando aún más con el paso de los años, y sobretodo con el paso de las experiencias vitales.
La intuición es la encargada de hablarnos desde el futuro y de recordarnos los errores del pasado que intenta no volvamos a cometer. Es el faro que pretende iluminarnos cuando sólo hay oscuridad, la señal de alarma que resuena con energía para despertarnos de los sueños más profundos.
Es frecuente que las recaídas formen parte de cualquier proceso de recuperación, y de cualquier proceso de crecimiento personal en general. Avanzamos superando obstáculos que van perfilando una intuición cada vez más poderosa y útil para detectar adversidades en el futuro y sobretodo para superarlas de forma más ágil, consciente y sana.
Escuchar los pensamientos y sentir las emociones que nos provocan es sin duda una buena forma de mantenernos conectadas con nuestra intuición. Eso sí, recordemos soltar con frecuencia, así como permitámonos los espacios de reposo y cuidado propio que necesitan alma y cuerpo para seguir afinando este preciso y precioso mecanismo.
Intuición. 1. f. Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento.
Júlia
