Camino, camino, camino.
Me escuecen los pies, me lloran los ojos.
Camino, camino, camino.
Pese a estar invadida por el miedo, sigo caminando en la oscuridad.
Camino, camino, camino.
Y de repente percibo un valiente rayo de sol que batalla por hacerse un hueco entre las nubes.
Camino, camino, camino…
Y así es como, caminando, un día la vida da un giro. Se ilumina el alma, se calienta el corazón, y poco a poco, muy poco a poco, se vacía la enorme mochila que me ha acompañado durante todo el viaje. Con cuidado por miedo a reavivarlos, digo adiós a todos mis miedos, a toda la pena, a toda la rabia que me ha acompañado durante tantos meses. Les agradezco todo lo que me han enseñado, y les prometo que me esforzaré por no olvidar cada una de las cosas que me han hecho aprender.
Me siento fuerte, me siento viva. Me siento capaz de afrontar todo lo que venga a partir de ahora. Sé que serán situaciones distintas, incluso peores quizás, pero sé que tengo lo más importante: la confianza en mí misma para saber que si camino, camino, y camino, al final siempre encontraré la forma de iluminar hasta la situación más oscura.
Resiliencia. 1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
Júlia