Lo que mi cuerpo es capaz

Dentro de nada es el cuarto cumpleaños de mi primer hijo que tuve dos años después de recuperarme.

Cuando se acercan éstos días y cuando hace poco que ha cumplido su primer año mi segunda hija las emociones están a flor de piel, es un momento idóneo para pararme, respirar mirar hacia atrás y agradecer a la vida y agradecerme a mi misma el sacrificio que hice en aquel momento para recuperarme, para volver a encontrarme, conocerme, luchar por mis sueños y mi mayor deseo poder dar vida.

Hace tan solo 10 años si alguien me hubiera dicho que dentro de mi haría crecer un ser, un ser completamente hecho con mucho amor no me lo hubiera creído, en aquellos entonces no podía creerme que alguien me pudiera amar y querer bien, no conocía eso.

Ahora, hoy, puedo decir con la cabeza alta y mirando al frente que tengo una persona a mi lado que nos acompañamos y juntos, uniendo nuestro amor hemos creado dos vidas llenas de amor, llenas de seguridad y que siempre que este en nuestras manos les vamos a proporcionar todos los valores necesarios para que se quieran, para que luchen por lo que desean y sobretodo que no se dejen pisar ni pisen.

Después de haber estado compartiendo mi vida con ella (la patología alimentaria), de que me hubiera robado el alma durante mucho tiempo, ahora me siento LIBRE, libre de pesos pesados, libre de oscuridades por la noche dónde el insomnio y el malestar reinaban. Pasé lo peor que me podía pasar, me habían robado a mi persona, mi mente, mis pensamientos, pero conseguí poner un pie en el suelo, una mano y me levanté. Poco a poco, pero lo hice. Lo mejor es que el ahora y el hoy puedo contarlo yo, yo misma, habiendo conseguido mi gran sueño que era poder ser madre, poder dar todo ese amor que necesitaba dar cómo madre acompañada de una magnífica persona que nos queremos bien, miramos hacia el mismo horizonte, sabiendo que si uno de los dos nos resbalamos está el otro para no dejar que ocurra.

Cuando la menstruación no aparecía durante meses mi sueño de ser madre se desvanecía, no veía nada más que lo peor de la vida, lo peor de mi. Me puse delante de mi, tenía que luchar, tenía que apoderarme de mi otra vez y lo conseguí, y hace 4 años que la vida me dio otra oportunidad para ser yo en total esencia.

 

Melodi

 

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