En este post voy a hablar de algo que se hace evidente cada vez más en mi vida y que a la vez me sorprende. No dejo de conocer bellÍsimas mujeres que han pasado por Trastornos Alimentarios y han sido violadas o maltratadas por hombres como los de la manada, insensatos y demonios en persona que destrozan vidas sin pensar más allá que en su propio ego.
Una violación según la RAE es “Delito que consiste en tener relaciones sexuales con una persona sin su consentimiento o con un consentimiento obtenido mediante la violencia o la amenaza.”
Esta sociedad machista heteropatriarcal dominada por hombres provoca estas situaciones de violación de manera persistente sin que se haga nada para evitarlo. Y es que más allá de la sentencia obtenida por los agresores de la manada, yo iría más allá. Cuando hablamos de violación en nuestra mente ya aparece un paradigma concreto donde un hombre abusa sexualmente de una mujer. No suele aparecer en nuestra mente una mujer abusando de un hombre.
Y esto viene de esta cultura heteropatriarcal donde el género masculino es sobrevalorado sobre el género femenino y donde se establecen roles concretos estereotipados a cada uno de los géneros asignados. Sin ir más allá del sistema binarista establecido que nos haría hablar de la definición de un género concreto en función del órgano sexual con el que naces sin valorar en ningún momento otras opciones sexuales, otras identidades de género o incluso la opción de no pertenecer a ningún género concreto.
Y si nos centramos en los roles concretos de género, encontramos a un hombre muy macho y muy fuerte que además tiene unos instintos sexuales que hacen que no se pueda controlar y deba agredir sexualmente a una mujer en contra de su voluntad porqué claro es muy macho y no se puede controlar. Porqué el instinto sexual del hombre es tan animal que va más allá del entendimiento. Y además, el hombre es quien ejerce la fuerza sobre la mujer y quien tiene el derecho a poseerla por ser el género débil.
Esas creencias aunque parezcan super arcaicas y fuera de lo que entendemos en esta sociedad, en nuestras membranas internas está pegado a nuestra piel como algo imperceptible y que no nos damos cuenta. Porqué nos hemos criado en una sociedad machista y nuestra educación es y ha sido machista. Todes somos machistas. Y yo me incluyo, cada día me doy cuenta de pensamientos nuevos que aún se encuentran impregnados por una idea machista. Y soy feminista y defiendo los derechos de la mujer y me siento afectada por este sistema heteropatriarcal que me atraviesa por mis entrañas. Y soy machista aunque me duela en el alma.
¿Y porqué os explico todo esto? Para reflexionar sobre el aspecto que no se trata de una sentencia, se trata de una cuestión cultural, se trata de educar a los futuros jóvenes y adolescentes desde un paradigma más inclusivo, más abierto que haga que no se sientan en el derecho de poseer a una mujer como si fuera un trozo de carne, como si fuera un objeto sexual más allá de lo que es, una mujer que siente, padece y puede desarrollar un TCA a raíz de una experiencia de violencia sexual.
Escribo esto y me doy cuenta del cabreo que experimento, y es que no puedo controlar que me haga sentir impotente el escuchar a todas esas mujeres tan bellas por dentro y por fuera como un día se les rompió algo dentro y sintieron que incluso se merecían lo que les estaba pasando. Que no eran suficiente, que no valían.
No os lo merecíais y es un error que siga pasando.
Mientras sigamos educando en la cultura del machismo, diferenciando según el género y los roles establecidos, manteniendo el sistema binarisa, y creyendo en un sistema heteropatriarcal, se mantendrá la cultura de la violación y el maltrato.
En nuestras manos está, desde nuestro pequeño mundo podemos generar un cambio que unides produzca un cambio mayor.
Noemí Conde
Cofundadora de Desnúdate Autoestima Corporal