El primer día

Llegas asustada por el posible barullo que pueda haber. Mirando hacia abajo para evitar caras conocidas, para no tener que pasar un bochorno.

Ya suficiente te has forzado ante las insistencias. Si fuera por ti seguramente no ibas, el sufrimiento que te provoca es mayor que el disfrute.

Cada año lo mismo y cada año lo pasas peor, cada año te ves peor. Cada vez más insostenible.

Una vez encontrado el hueco dentro del gentío te sientas estratégicamente disimulando michelines, haciendo ver que te lo pasas bien y que estar aquí es un estupendo plan de domingo.

Te quitas el vestido sentada evitando las miradas de la gente que te está mirando y esperas sentada a que todos se precipiten a la orilla para levantarte.

Al llegar al agua te metes corriendo, sin atender a tus necesidades. Lo importante es cubrir tu cuerpo en el menor tiempo posible para que no te vean. De hecho no puedes evitar que tus acompañantes te miren mientras te metes en el agua. La voz no para “están mirando lo gorda que estoy”.

Una vez dentro descansas, tu cuerpo se ha cubierto por el agua y te relajas de las posibles miradas. Un pequeño momento de paz te inunda pasado el sufrimiento.

Desde dentro contemplas cuerpos y por un momento te imaginas siendo ella, teniendo su silueta, siendo ella. Seguro que es feliz. ¿Como será su vida? Te encantaría tener su seguridad, su perfección.

Vuelves a la cruda realidad y meditas estratégicamente tu salida. Un montón de ojos esperan para juzgarte, para observar tu cuerpo. Miradas ajenas enjuiciadoras.

Sales mirando hacia abajo e intentas encontrar rápido la toalla, quieres tumbarte corriendo.

Una vez sentada empieza la estrategia para ocultar michelines y posiciones que pueden mostrar peor imagen de la que ya tienes. Rodillas flexionadas, una flexionada y la otra tumbada, que te vea la barriga plana pero que pueda ocultar la celulitis.

De espaldas complicado, no puedes saber cómo quedas y es más difícil de controlar.

Pasan las horas y por fin decidis iros. Te pones corriendo el vestido sentada para ocultar lo máximo tu silueta.

Por fin has superado el primer día de playa.

 

Y yo te pregunto: “¿cuanto tiempo más puedes aguantar así?”

 

Noemí Conde

Cofundadora de Desnúdate Autoestima Corporal

 

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